Tras su jura el lunes a la tarde, en el Museo del Bicentenario, Martín Soria empezó su primera y breve semana como ministro de Justicia y Derechos Humanos. El ex diputado se hizo cargo de la cartera 48 horas después de haber renunciado a su banca en el Congreso y dividió su agenda entre encuentros internos y su primera aparición con un par. El encuentro interministerial fue junto a Elizabeth Gómez Alcorta, ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación en una charla por zoom bajo la temática “¿Cómo incorporar la perspectiva de género en el Poder Judicial?”. La presentación no fue casual, la lucha contra la violencia de género le fue mencionado por el propio Alberto Fernández como una prioridad.
En el encuentro, Soria, apuntó con críticas a la Corte Suprema. “En la cúspide del Poder Judicial, la Corte Suprema tiene una sola mujer entre sus cinco miembros. Si conectamos este hecho con la resistencia a tomar la capacitación que ordena la ley Micaela, uno entiende muchas de las cosas que están pasando en nuestro país y en la Justicia”, mencionó el ministro. El punto llamó la atención a quienes conocen de cerca el trabajo que desde hace años la Corte tiene en materia de género. Tanto con su Oficina de Violencia Doméstica (OVD), el único organismo oficial que tiene datos estadísticos sobre cuestiones vinculadas a género, como con la Oficina de la Mujer.
Desde antes de asunción, Soria sostuvo que pediría una audiencia con el máximo tribunal, lo que se espera que probablemente se solicite en los próximos días.
Previo al panel, Soria tuvo encuentros con el secretario de Justicia y hombre fuerte de la cartera, Juan Martín Mena; con Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos; y María Laura Garrigós de Rébori, actual interventora del Servicio Penitenciario Federal. Los tres son funcionarios que vienen desde la gestión de Losardo y gozan de la más extrema confianza de la vicepresidenta, Cristina Kirchner.