Cuando el Gobierno contrató hace casi tres meses a Ocean Infinity para encarar la búsqueda del submarino ARA San Juan, una operación inédita e histórica para el país, el empresario venezolano Hugo Marino, que perdió la licitación, prefirió llamarse al silencio e irse del país para desarrollar otros proyectos con su empresa SEA Sistemas Electrónicos Acuáticos. Ahora, ante el primer aniversario analiza con PERFIL la operación de la compañía norteamericana y advierte que hubo una “gran improvisación y falta de controles”, y que falta que “alguien independiente sea capaz de ratificar que la información que se obtuvo sea veraz”.
—¿A qué se dedicó durante estos meses?
—En esta etapa del año estamos en plena reestructuración de las actividades del año que viene. En este momento estamos terminando un proyecto en el Golfo de México de una inspección de una red de fibra óptica que ya están casi terminados.
—¿Qué análisis realiza de la búsqueda de Ocean Infinity?
—Una búsqueda es algo diferente a un levantamiento topográfico, son dos cosas diferentes. Lo primero que tenían que hacer era tener un plan: tener el qué, dónde y cómo. Eso no ocurrió. También hubo mucha improvisación. Que no hayan llevado un SAS (Sonar de Apertura Sintética), por lo escarpado del fondo, para que se pueda tener detalle del fondo del lecho pormenorizado, es un dato clave. En resumen, además de la improvisación, hubo una gran falta de controles.
—¿A qué se refiere?
—Yo quisiera saber quien es el experto en operaciones de AUV que controla la operación. En una operación que realizamos con mi empresa (La búsqueda del avión de los Roques, un avión desaparecido por nueve años en Venezuela) la Armada italiana me colocó personal que tenía experiencia en el manejo de esa tecnología. Esa persona estuvo presente en el ciento por ciento del proceso, analizando que los AUV estaban proveyéndonos data confiable para poder obtener los resultados que queríamos. Si no hay control, no hay un plan, lamentablemente es imposible. Hay muchas cosas que tienen que mejorarse para la próxima etapa de la búsqueda, si es que la hay. Si vienen a hacer lo que terminan de hacer hoy, mejor que no vengan.
—Ante la falta de resultados: ¿Cómo amortiza financieramente la empresa operación?
—No operan a pérdida, ese es un concepto totalmente erróneo. Si se revisa el holding propietario de la empresa, se dedican a gestionar desde operaciones inmobiliarias, pasando por industria aeronáutica, siguiendo por barcos, etc. Son muchas empresas y fondos de inversiones. Aclaro: en cuanto a equipos tienen el mejor survey que cualquier empresa pudiese soñar. Lamentablemente esto no arroja resultados. No todos pueden salir al "No pay-No cure" donde esas pérdidas puedan ser reflejadas en un balance a la hora de dar resultados como empresa. Ellos vienen de trabajar a pérdida en la búsqueda del avión de Malaysia Airlines y ahora también ¿cómo hacen?
—Pero usted también se presentó a dicha licitación...
—Yo tenía ideas que después del día 15 a mi se me iba a complicar la historia. No tengo un holding que pueda absorber 5 millones de dólares de pérdida en una operación.
—¿Cómo analiza hasta ahora la información que proveyó la Armada?
—Desde el principio siempre dije: la información que me tenía que dar la Armada era una de tantas, pero no era la única. Había que escuchar todas y cada una de las hipótesis para que mis 80 mil dólares de operación diarios se convirtieran en algo lógico. Sin menospreciarla, no puede ser mi única fuente de información. El eventual evento hidroacústico, con el que se sigue lacerando los sentimientos de los familiares, es una implosión que nadie puede probar aún.
Ojalá antes de que concluyan la búsqueda, por el bienestar mental de los argentinos, esa data completa y cruda la puedan tener a disposición para que alguien independiente sea capaz de ratificar que la información que se obtuvo haga veraz la cobertura del 90% ¿De qué? Eso de que no costó nada la operación para la Argentina no es verdad, porque la Armada le puso un escolta, movió helicópteros, movilizó personal, etc. Ya casi han gastado 3 millones de dólares en esto. Otra cuestión clave: me hace mucho ruido que tengan que volver a repasar la búsqueda de zonas, eso me hace muchísimo ruido.
—Ahora se cumple el primer aniversario de la desaparición del submarino ARA San Juan ¿Cómo vivió este año?
—Triste. No me arrepiento de nada, el haber apoyado a las familias fue importante para mi. La vida continua y lamentablemente no puedo seguir ayudándolos de cerca, pero al final yo sigo diciendo lo mismo que dije el primer día: el submarino no vuela, está ahí y se puede encontrar. Ojalá no se pierda la fe, la esperanza, las ganas de seguirlo buscando.