La selección argentina hizo en el Mundial Brasil 2014 lo que no pudo en 24 años: participar de las cuatro semanas que dura la competencia. Para millones de argentinos se trató del foco máximo de atención, que alcanzó picos de 55 puntos de rating mientras se transformaba en el evento a nivel mundial con mayor repercusión en redes sociales. Pero, a su vez, provocó que muchas noticias quedaran "tapadas" bajo la fiebre mundialista.
"Tarifazos". Eso fue lo que pasó con el segundo aumento en el año de la tarifa del colectivo, una medida siempre antipopular, que el Ministerio del Interior y Transporte, conducido por Florencio Randazzo, eligió comunicar el 30 de junio, un día antes de que Ángel Di María le convirtiera a Suiza el agónico gol que le permitió al combinado nacional jugar los cuartos de final.
A través de la resolución 579/2014, publicada en el Boletín Oficial, el Gobierno estableció que el costo mínimo del boleto pasara de 2,50 a 3 pesos por viaje con la tarjeta SUBE. La cartera explicó que el aumento se debió al 28% de aumento salarial que consiguieron los choferes en paritarias. Por eso, el costo de la tarifa aumentó por segunda vez en el año: la suba anterior fue el 1º de enero.
Lo mismo pasó con el valor de las naftas. El mismo día que argentina trataba de superar a Suiza, por la madrugada, YPF anunciaba un 4% del aumento de la tarifa de sus combustibles. No se trata de una medida aislada: desde la expropiación la petrolera estatal realiza aumentos escalonados. Ésta fue el sexto aumento del año, lo que completa una suba del 40% durante 2014.
Faringolaringitis. Dos días después, cuando en las calles ya se palpitaba el "mata-mata" con Bélgica, la Presidenta informaba oficialmente que estaría 24 horas de reposo por un estado gripal. Al día siguiente, la Casa Rosada tenía que salir a decir que el cuadro de Cristina Fernández de Kirchner había empeorado y que se trataba más precisamente de una faringolaringitis que finalmente la marginó de su agenda oficial durante casi una semana.
Viceprocesado. Sin embargo, la noticia que sacudió la Casa de Gobierno durante el mundial llegó inesperadamente en la noche del viernes 27, dos días después del gol de tiro libre que Messi convirtió en gol ante Nigeria: el juez federal Ariel Lijo procesó al vicepresidente Amado Boudou por delitos de corrupción en la causa Ciccone.
El fallo de Lijo, donde enumeró diversas pruebas que vinculan formalmente al vicepresidente con la compra de Ciccone Calcográfica, generó una amplia ofensiva de la oposición que pidió la renuncia y destitución del funcionario aunque, claro está, sin un clima social que le de impulso a la medida: Argentina no jugaba bien pero avanzaba en la Copa del Mundo.
Pese a que no contaban con el número necesario de legisladores en ambas cámaras, los dirigentes opositores llamaron a sesionar a la Comisión de Juicio Político, presidida por la oficialista Adela Segarra. Sin el número, en pleno mundial, la oposición jugó su carta más débil: hacerle pagar el costo a los diputados oficialistas de defender al funcionario con mayor imagen negativa del Gobierno.
Segarra fue el fusible del kirchnerismo: en una entrevista radial, la diputada dejó incómodos silencios cuando le preguntaron por la expropiación de Ciccone Calcográfica. Horas más tarde, la misma legisladora fue la encargada de cerrar todo tipo de posibilidad de juicio político al hacer valer la mayoría oficialista en la cámara baja. El tema tuvo llegada en medios nacionales hasta al día siguiente, cuando la Selección se preparaba para “cruzar el rubicón”.
Biprocesado. Si la primera indagatoria a la que fue llamado un vicepresidente en ejercicio antes del Mundial fue tema de tratamiento en catástrofe por todos los medios, la segunda vez que éste recibió el llamado de la Justicia, esta vez por la presunta falsificación de documentación referida a un auto, en comparación, pasó casi inadvertida.
El juez Bonadío lo citó para el primero de julio, el día que Argentina venció a Suiza, pero el vice pidió la reprogramación porque se encontraba de viaje por centroamérica. Le dieron lugar al planteo, para el 16 de julio, pero otra vez Boudou pidió una reprogramación, dado que estará en ejercició de la presidencia. Lo cierto es que el vice también podría quedar procesado en esta causa, lo que lo haría romper con su propio récord histórico.
Buitres. En el medio de la competencia, además, continuó la negociación mano a mano con los Fondos buitre. Similar a antes del comienzo del certamen, la incertidumbre en torno a qué pasará con el 8% de los bonistas que no entraron en el canje continúa, incluso después de que Argentina perdiera la final ante Alemania. La diferencia: con la atención puesta en el Mundial, cada declaración o avance en la negociación no tenía la misma repercusión ni en la política local ni en el mercado bursátil.
Campagnoli en suspenso. En tanto, el juicio político al fiscal José María Campagnoli que impulsó el oficialismo en medio de su investigación al empresario kirchnerista Lázaro Báez quedó postergado. Es que, un día después de que Argentina acceda a los cuartos de final, la jueza que había pedido licencia terminó por renunciar a su cargo. Hasta que la procuradora Alejandra Gils Carbó le tomó juramento a su reemplazo, pasaron diez días sin audiencias y el proceso quedó postergado hasta el 17.
Conflicto salarial. Un día antes que la Selección elimine a Holanda -gracias a "las manos de Dios" de Sergio Romero-, el gremio bancario iniciaba un paro de 24 horas durante el 8 de julio en reclamo de 36 despidos en Tucumán y de la suba del mínimo no imponible de Ganancias. Lo mismo que reclamaron los docentes universitarios, que atravesaron por múltiples reclamos administrativos antes de llegar a los paros previos al receso invernal.
También hubo importantes noticias en el ámbito deportivo que quedaron sepultadas a un tercer plano por Brasil 2014. Una de ella fue la crisis desatada en Las Leonas, el seleccionado nacional de Hockey femenino, por explícitas diferencias con la dirigencia encabezada por el senador Aníbal Fernández que terminó mandando al "psicólogo" a quienes fueran campeonas del mundo en 2010.
A la renuncia de la subcapitana Charo Luchetti se le sumaron, el día anterior al pase a la final, otras cuatro jugadoras: Silvina D’Elía, Carla Rebecchi, Mariela Scarone y Daniela Sruoga acusaron que en la conducción “no se están cuidando los valores con los que fuimos formadas”.
Además, durante la Copa del Mundo, Hugo Moyano aprovechó para desembarcar definitivamente como presidente de Independiente. El titular de la CGT azopardo obtuvo un triunfo aplastante, con el 70% de los votos, en el club del Kun Agüero un día después de que el jugador surgido de esa institución no pudiera entrar a jugar los cuartos de final con Bélgica por un desgarro.
(*) De la redacción de Perfil.com