Los pilotos que volaron el Learjet 35-A matrícula LV-ZSZ desde que lo compró la firma Top Air, del empresario K Lázaro Báez, no son más de ocho. Uno de ellos es Eduardo Juliá, condenado en España junto a su hermano Gustavo a 13 años de prisión por ingresar casi mil kilos de cocaína escondidos en un avión.
El 11 de junio de 2007 fue el primer viaje que hizo Juliá para la empresa Top Air, y tres meses después fue el último. Poco más de cuarenta viajes, algunos al exterior.
Antes de que esa aeronave fuera comprada por Báez, la empresa que la explotaba era Marla Jet SA. En el ambiente aeronáutico se dice que en realidad el dueño de la nave era Gustavo Juliá y que después, vía terceros, se la vendió al empresario patagónico.
Los Juliá se encuentran detenidos en España desde el 2 de enero de 2011, cuando agentes de la Guardia Civil del aeropuerto de El Prat encontraron oculto dentro de los tapizados de la aeronave un cargamento de droga valuado en unos 32 millones de euros.