POLITICA
el modelo de daniel arroyo

Una 'Bolsa de familia' a lo Brasil, el plan de Todos contra la pobreza

Aspira a unificar programas y mejorar las transferencias. En Brasil, el plan creado por Lula cubre el 48% de los ingresos familiares. Bolsonaro lo quiere cambiar.

Luiz Inácio Lula da Silva 03012019
El ex presidente está preso desde abril de 2018 | AP

Los datos de la pobreza que dejó esta semana el INDEC, que alcanzan al 35,4% de la población, volvieron a poner en la mesa las fórmulas para mejorar los ingresos y la calidad de vida de los argentinos en situación de mayor vulnerabilidad. Hoy el país requiere de diez a 15 años de crecimiento sostenido para bajar la pobreza pero tiene un “núcleo duro” de pobreza del 25%, según los especialistas. Tan solo revertir el salto de este último año llevará los dos primeros de la próxima gestión.

Entrar a las casas” es la premisa de Daniel Arroyo, uno de los asesores de Alberto Fernández y posible ministro de Desarrollo Social. Para eso, es un confeso admirador del plan Bolsa de Familia, el que aplicó Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil.

La Argentina tiene a la Asignación Universal por Hijo como uno de los programas de transferencia de ingresos que son referencia en la región. Pero el programa de Brasil también es uno de los más ponderados en el mundo e incluye otras cuestiones, como una tarjeta de alimentos que le permitiría a un eventual gobierno de Fernández segmentar los recursos y dirigirlos a los sectores en emergencia.

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Ja AUH es de $ 2.121, cubre un 19,8% de la Canasta Básica Total ($ 10.683,89) y un 49,3% de la Canasta Básica Alimentaria ($ 4.290,72)

Según los datos del Colectivo Infancia en Deuda, la AUH es de $ 2.121, cubre un 19,8% de la Canasta Básica Total ($ 10.683,89) y un 49,3% de la Canasta Básica Alimentaria ($ 4.290,72); mientras el acceso a la primera define la línea de pobreza, la segunda determina que una persona es o no indigente. Con el aumento asignado por el Poder Ejecutivo en septiembre y octubre, la asignación alcanzará un 29% de la CBT y un 72% de la CBA.

El plan brasileño, además, tiene un costo bajo –ronda el 0,5% del PBI– y genera ese contacto con las familias al que apunta Arroyo, que para lograrlo a nivel local aspira a que se involucren las organizaciones sociales, ONG y también la Iglesia, además del Estado.  

Bolsa de Familia de Lula  ahora el gobierno de Jair Bolsonaro quiere reformularlo  bajo el supuesto de que no es eficiente. Los defensores del programa marcan que permitió bajar la pobreza en un 15% y la indigencia en un 25% hasta 2016. El programa nació en 2003.  

Radiografía de la vulnerabilidad.

De la misma forma que la AUH, es un programa de transferencias condicionadas. Esto quiere decir que están vinculadas a que se cumplan determinados pasos: en el caso local, es la escolarización de los chicos y la certificación de vacunas. Para las familias, no es el único ingreso y permite además generar datos de perfil de las familias beneficiarias.

En promedio, representan el 48% en los ingresos de las más de 12 millones de familias cubiertas por el programa –en un país con 200 millones de habitantes– aunque sube al  62% en el nordeste, donde se encuentra la mitad de la población beneficiaria.

Bolsa de Familia de Lula permitió bajar la pobreza en un 15% y la indigencia en un 25% hasta 2016

Empleo. La pobreza aumentó a partir de la caída de los ingresos. La medición en el país se basa en las canastas alimentaria básica y total, que señalan el límite de la indigencia y la pobreza, respectivamente.

La caída de las changas, asociada a la recesión, impactó en quienes ya están bajo el sistema informal, que se acerca al 40% de la población. “Los movimientos sociales no son parte del problema, son parte de la solución”, señaló esta semana Arroyo en una charla con cooperativistas y referentes de la economía social. En ese marco, aseguró que “el Estado debe acompañar a todos los que producen localmente, los que le están poniendo el cuerpo en cada barrio”.

Otro de los puntos de su plan es el empalme entre los planes sociales y el mundo del trabajo. A eso se suma una agenda para la emergencia que implica créditos a tasas blandas para los sectores vulnerables y congelamiento de la canasta básica de alimentos  de al menos 11 productos, según los anticipos que brindó Arroyo.