El presidente Javier Milei ha aplicado a rajatabla su leitmotiv: “No hay plata”. En lo que va de la gestión ha aplicado un ajuste que le ha permitido incluso alcanzar superávit financiero en el primer mes del año. Sin embargo, el rubro “servicio de la deuda pública” es una de las áreas que sostienen una alta participación dentro del Presupuesto. En lo que va del año, 1 de 3 pesos que eroga el Estado Nacional va destinado al pago de deuda.
Al iniciarse la semana que termina lo ejecutado en servicios de deuda se ubicaba en 32,04%. Al finalizar, se ubicaba en torno al 28%. Vale decir que el 30% de lo gastado por el Estado tiene como destino la cancelación de contratos.
El “servicio de la deuda pública” es el segundo más abultado en el Presupuesto, detrás de Capital Humano (conducido por Sandra Pettovello) que aglutina “Educación”, “Cultura”, “Familia, Niñez y Adolescencia”, “Trabajo” y el gigantesco presupuesto de la seguridad social que incluye jubilaciones. El ministerio con mayores recursos tendrá a disposición $ 20 billones.
Mientras que el Estado nacional destinará a lo largo del año $ 4,5 billones para el pago de contratos adeudados, y en los primeros meses ya ejecutó el 55% de lo proyectado. Una celeridad que contrasta con las dilaciones sufridas en las áreas sociales, como la compra de comida, y en la distribución de medicamentos para enfermedades graves.
El superávit alcanzado en el primer mes del año se explica en parte por la caída interanual que sufrieron las jubilaciones, en el orden del 33%. Otro punto es lo relacionado con los subsidios a la energía, que cayeron un 17%. Este último punto tiene un agregado. La Secretaría de Energía frenó pagos a Cammesa que tarde o temprano deberán hacerse. Lo que en la jerga se conoce como “deuda flotante”. Al momento, Cammesa no hace más que acumular deudas con las empresas generadoras.
Un dato curioso: la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, a cargo de Alejandro Cosentino, y que en el organigrama depende de Nicolás Posse, no realizó prácticamente erogaciones. Solo gastó en dos ítems mínimos. El más abultado de ellos, la Feria Tecnópolis: se pagó $ 29,3 millones en dicho ítem.
