El gobierno y la oposición se acusaron mutuamente de la violencia en Venezuela que deja al menos siete muertos durante marchas convocadas por el opositor Henrique Capriles contra la proclamación del oficialista Nicolás Maduro como presidente electo, lo que desató una grave crisis política.
Maduro, delfín del fallecido presidente Hugo Chávez, afirmó este martes que no permitirá más marchas opositoras en la capital. "Ustedes no van a ir al centro de Caracas a llenar de muerte y de sangre", sentenció.
El oficialista, de 50 años, responsabilizó a los "fascistas" de las muertes registradas el lunes en protestas de la oposición contra los resultados de las elecciones del domingo.
Capriles, de 40 años, reaccionó de inmediato en su cuenta de Twitter acusando a Maduro de ordenar la violencia "para evitar el conteo de votos" y reiteró su llamado a protestas en oficinas regionales del Consejo Nacional Electoral (CNE) este martes y el miércoles en la sede central en Caracas.
"El ilegítimo y su Gobierno ordenó que exista violencia para evitar el conteo de los votos!Ellos son los responsables!", escribió.
Las protestas se desataron el lunes luego de que el CNE proclamara presidente electo de Venezuela a Maduro con 50,75% de los votos contra 48,97% de Capriles, quien ante la estrecha diferencia exigió un recuento total de los sufragios y convocó a las protestas.
El único de los cinco rectores del CNE próximo de la oposición confirmó el resultado electoral informado por el organismo.
"Yo no tengo dudas sobre el resultado arrojado por el CNE, creo que es importante darle una tranquilidad a aquellas personas" que cuestionan los resultados, opinó Vicente Díaz.
En cadena de radio y televisión, Maduro acusó a la oposición de orquestar un "golpe de Estado" con los llamados a protestas.
"Esta era una crónica de un golpe de Estado. Hoy declaro que hemos derrotado el golpe de Estado (...) Todos a las calles", manifestó el presidente electo, al convocar a sus seguidores a manifestarse en respaldo a su victoria.
En actitud desafiante, el presidente electo afirmó: "Hagan lo que quieran hacer, no la voy a permitir. Mano dura voy a poner frente al fascismo y la intolerancia. Si me quieren derrocar vengan por mí, con un pueblo y una fuerza armada aquí estoy", subrayó Maduro, aludiendo al breve golpe de Estado, urdido por la oposición, que en 2002 derrocó brevemente a Chávez.
Atendiendo el llamado de sus líderes, opositores y simpatizantes del gobierno iniciaron el martes marchas en varias ciudades de Venezuela, en el segundo día de tensiones.
Grupos de chavistas vestidos de rojo se manifestaban en defensa del sucesor de Chávez en varios estados, según imágenes del canal oficial VTV, en tanto que opositores empezaban a congregarse en sectores de Barquisimeto (este) y de Maracaibo (oeste) para reclamar el recuento de votos, de acuerdo con informes de dirigentes opositores locales.
Los ánimos de los opositores se desbordaron el lunes con cacerolazos, bloqueos de calles y movilizaciones populares, con quema de neumáticos y vehículos, para pedir el recuento total de los votos, en respuesta al llamado hecho por Capriles horas antes.
En su cuenta de Twitter, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, advirtió que promoverá una "averiguación penal a Capriles por la violencia generada en el país".
"Capriles fascista, me encargaré personalmente que pagues por todo el daño que le estás haciendo a nuestra Patria y a nuestro Pueblo", escribió Cabello.
Imágenes, difundidas por VTV, mostraron este martes vehículos quemados en Barinas (oeste) y la sede del partido oficialista en Táchira parcialmente destruida.
Según el gobierno, grupos de presuntos opositores asediaron la casa de la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, y varios médicos cubanos, que trabajan en la misión Barrio Adentro -creada por Chávez para la atención en comunidades pobres- fueron agredidos en algunas zonas.
Fuente: AFP