POLITICA
Conflictos

Vicentin, Redrado, Bonadio: la extraña habilidad del kirchnerismo para construir "héroes"

Por la manera de avanzar políticamente, el espacio que conduce Cristina Fernández suele posicionar a dirigentes y sectores antes cuestionados o que pasaban desapercibidos.

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Martin Redrado, Bonadio, Cristina Kirchner y Hector Vicentin | Cedoc Perfil

El 8 de enero del 2010 la noticia pasaba, como en el 95% de los veranos, por las fiestas de los famosos en la costa atlántica y la disputa por encontrar el escándalo del espectáculo que marcara la temporada. Sin embargo, ese año los flashes apuntaron al microcentro porteño. En el Boletín Oficial, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner había publicado un DNU para echar a Martín Redrado del Banco Central, por ese tiempo presidente de la entidad. El economista, que se negaba a pagar deuda con las reservas terminó eyectado de una manera tan desprolija que todo el país terminó por conocer a Redrado. Ese día, su carrera dio un giro de 180 grados. Aquel fue solo un ejemplo de todos las personas o entidades que estaban en un segundo plano o tenían una pésima imagen pero que el kirchnerismo se encargó de posicionar para siempre.

Entre otros políticos que luego enfrentaron en las urnas al sector K se destacan, por ejemplo, Martín Lousteau y Julio Cobos. El primero había sido presidente del Banco Provincia bajo la gestión de Felipe Solá en Buenos Aires. Luego Cristina lo nombró ministro de Economía. A los pocos meses estalló el conflicto con el sector agropecuario y Lousteau fue apuntado como el máximo responsable.

Antes de presentar su renuncia, durante un acto en Plaza de Mayo, se cruzó con Guillermo Moreno que le hizo el ya histórico gesto del degüello.  "En ese momento Moreno me dijo: 'El que no está de este lado le cortamos la cabeza", recordó años más tarde Lousteau. Lo cierto es que su salida y su enfrentamiento a la política económica de Cristina Fernández le valieron una difusión que nunca había tenido. En 2013 integró el frente UNEN y llegó a la Cámara de Diputados. Dos años más tarde enfrentó a Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad. Perdió en el balotaje. Hoy es vicepresidente del Senado y aspira a suceder al jefe de gobierno en Capital Federal en 2023.

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Cobos directamente pasó de ser abucheado y expulsado de la Unión Cívica Radical a estar entre los precandidatos a presidente para enfrentar a CFK en 2011. Cuando decidió acompañar a Cristina en 2007, el radicalismo lo echó "de por vida". Su tarea como vice dentro del gobierno kirchnerista era más que secundario, ya que no era parte de la mesa chica. En el medio estuvo el conflicto con el agro. Cobos pasaba desapercibido hasta que llegó la votación en el Congreso por el aumento de las retenciones. El 17 de julio de 2008 su voto desempató la cuestión y le provocó una herida mayúscula a Cristina. Desde allí fue tildado de traidor por el gobierno y su figura creció de una forma increíble, a tal punto que su primer viaje a Mendoza lo hizo por tierra aclamado por cada pueblo chacarero que lo vio pasar. A solo tres años de haberlo echado para siempre, la UCR lo volvió a aceptar. Hoy es senador nacional.


Grupo Clarín. Poca gente, salvo el círculo rojo, sabía quien era Héctor Magnetto. O quienes eran los accionistas del Grupo Clarín. O cuantos negocios manejaba el multimedio más poderoso de la región. Sin embargo, la Ley de Medios logró eso y mucho más. Más allá de la cuestión de fondo, la frase "que te pasa Clarín, ¿estás nervioso?" y los constantes discursos apuntando con nombre y apellido a los empresarios a cargo de los negocios de la empresa. Se vivieron momentos de extrema tensión, entre bloqueos por parte de Camioneros a la salida del matutino como el ingreso patoteril de Guillermo Moreno a las asambleas de accionistas.

Sheriff. Uno de los jueces más cuestionados en Comodoro Py fue Claudio Bonadio. Al frente de un juzgado federal gracias al expresidente Carlos Saúl Menem, estuvo a cargo de la investigación por la causa AMIA y apartado por supuesto encubrimiento. Su accionar estaba cuestionado desde todos los frentes políticos. Sin embargo encontró su momento para lavar su imagen frente a un sector de la opinión pública al apuntar sus fallos contra Cristina Kirchner en momentos en los cuales el kirchnerismo buscaba "democratizar" a la Justicia.

En 2014 envió a juicio oral al entonces vicepresidente Amado Boudou, al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime y al ex secretario de Comercio Guillermo Moreno. Ya con Cristina fuera del poder, la procesó, pidió su desafuero y detención en dos oportunidades (causas Cuadernos y Memorándum con Irán) y hasta encarceló al ex canciller Héctor Timerman. En su libro Sinceramente, Cristina le dedicó apartados para el juez. En el capítulo 8 lo señaló como "el sicario": "La causa de encubrimiento, AMIA II, se inició en el año 2000, luego de la declaración de (Claudio) Lifschitz, y estuvo paralizada durante años, hasta que el juez a cargo, nada menos que el sicario Claudio Bonadio, fue apartado por su inacción manifiesta y denunciado por la propia Cámara Federal que decidió su apartamiento”.

El Nación aprobó casi un crédito por día a Vicentin en el último mes de gestión de Macri​
 

Vicentin. La deuda de Vicentin llega a los USD 1.400 millones en total. La Justicia investiga los desmanejos de la empresa, sobre todo en el momento en el cual el Banco Nación, bajo la administración macrista, otorgó préstamos millonarios sin el respaldo correspondiente. Existen casi 2 mil productores que aún esperan cobrar la deuda de la empresa y más de 40 cooperativas agropecuarias. Sin embargo, la decisión del kirchnerismo de buscar expropiar la compañía colocó al apellido Vicentín en una situación inesperada, al punto de ser vistas como víctimas del avallasamiento del Estado nacional. "El espíritu es que nos dejen trabajar", señaló Héctor Vicentin, nieto del fundador mientras el pueblo de Santa Fe estaba a punto de corear su nombre. La deuda y potencial estafa quedó atrás.