POLITICA
Polémica por la cerealera

Los secretos de la marcha atrás de Fernández en la expropiación de Vicentin

Los motivos que llevaron a Alberto Fernández a frenar el proyecto. Divisiones entre los propios y un banderazo que se hizo sentir.

Vicetin Alberto Fernandez intervención
Alberto Fernández con Gabriel Delgado, Matías Kulfas y Anabel Fernández Sagasti | Presidencia

El anuncio del 8 de junio sobre la intervención y el proyecto de expropiación de Vicentin ya había dejado los primero indicios de que no sería sencillo para el Gobierno de Alberto Fernández avanzar con este plan. En ese momento, el Presidente reconoció que se trataba de una  “idea primigenia de Anabel” Fernández Sagasti, la senadora kirchnerista a quien la llamó su amiga pero le costó recordar su nombre durante la conferencia. Los distintos actores involucrados se enteraron por la televisión y no solo los ajenos, sino también los propios que más tarde tendrían que apoyar el proyecto.

El titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se quejó en privado de la forma en que se quiso avanzar sobre la empresa cerealera y del timing político del anuncio. Algo que, incluso, fue compartido por distintos funcionarios.  Con un bloque de diputados del Frente de Todos alineados y a cargo de Máximo Kirchner, sería Massa quien debería buscar los votos de los aliados. Fernández lo puso es una posición difícil, ya que el propio diputado debía defender algo que sus colegas sabían que él mismo no apoyaba.

Los números ajustados en la cámara baja fue uno de los motivos para dejar archivado el proyecto de expropiación. Pero también hubo advertencias en el Senado, aunque allí el bloque oficialista no necesita aliados, también algunos legisladores propios habían planteado la incomodidad sobre el proyecto de Fernández Sagasti, una de las senadoras más cercanas a Cristina Kirchner.

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Después del banderazo, el gobierno no se "aferra" a la expropiación de Vicentin

El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, pasó por Olivos una vez más desde que se anunció la internvención y expropiación. Fue el viernes 19 de junio y, desde allí, anunció que se pidió la intervención de la compañía con base en esta provincia a través de la Inspección General de Personas Jurídicas de Santa Fe. Aunque con esta medida se ponía en suspenso el proyecto de Sagasti, Fernández insistía que sin suerte en la justicia, no quedaría “otro camino posible que la expropiación”.  

Un día después llegó la protesta. Hasta pocas horas antes de que se lleve a cabo el “banderazo” en distintas partes del país, Fernández buscó restarle importancia a los reclamos sobre el “avance sobre la propiedad privada y los derechos individuales”. Pero la protesta de tractores, camiones y autos individuales se hizo sentir y tuvo eco en la Quinta de Olivos, en donde quisieron empezar a dejar atrás la palabra “expropiación”.

El interventor de Vicentin nombrado por Fernández, Gabriel Delgado, se reunió el domingo 21 de junio con el Presidente. Al finalizar la reunión habló de “no aferrarse a los instrumentos”, en alusión al proyecto de intervención y a dejar en claro que se evalúan “todas las alternativas”. No mencionó la palabra expropiación.

Un 'banderazo' que rememoró a la 125

Los últimos movimientos de Fernández generaron tranquilidad en un sector del propio oficialismo que no terminó de entender por qué el Presidente había avanzado con tanta dureza sin antes dialogar con las partes y buscar una salida a través del diálogo. Esta queja el Presidente la escuchó no solo de aliados como Massa, sino también de distintos funcionarios de su gabinete que vieron detrás de esta avanzada, un accionar más kirchnerista que albertista. 

RA/FeL