“Estoy como en un tsunami”. Habían pasado apenas un par de días desde que María Eugenia Vidal había sido electa gobernadora bonaerense y su teléfono ardía. Mientras comienza a armar su gabinete, Vidal tiene una obsesión: hacer viable la Provincia con fondos para obras e infraestructura para intentar diferenciarse de la gestión de Daniel Scioli y, acaso, generar un marco de gobernabilidad con los intendentes peronistas del conurbano bonaerense.
Para ello, si Mauricio Macri llega a la Casa Rosada el 22 de noviembre, tiene comprometidos más de $ 30 mil millones en concepto de devolución de Coparticipación Federal que la Nación hoy no le paga a la provincia más grande del país. Se trata de fondos específicos que otorgará de manera directa.
Sólo el primer año esto implicará el desembolso de unos $ 13 mil millones. ¿Qué reclama Vidal? Que el gobierno nacional le devuelva a la Provincia un número más cercano a lo que aporta a la renta general: hoy genera más del 35% del PBI pero recibe el 18%. La idea es que a fines de 2019 llegue al 25% de los fondos coparticipables.
El plan económico, diseñado por el economista y probable ministro de Hacienda bonaerense, Hernán Lacunza, propone sanear la Provincia bajo cuatro ejes: el fiscal, el financiero (vinculado al Banco Provincia), el productivo y el ambicioso programa de infraestructura.
¿Cómo se financiará? Además de los fondos extra por Coparticipación en un viaje que realizó Lacunza, junto a Alejandra Caballero, hace un mes a Lima, la idea es que organismos internacionales de crédito colaboren. En una entrevista con el BID tantearon la posibilidad de fondear la cobertura de agua potable y cloacas en el segundo y tercer cordón del Conurbano. El plan, que podría ser solventado con tasas muy bajas por tratarse de servicios esenciales, supone brindar agua potable a 620 familias e instalar cloacas para 1,3 millón de hogares en cuatro años. En lo que refiere a la prevención de inundaciones habrá dos ejes: el Plan Maestro del Salado (que sólo se ejecutó el 30% y falta completar las etapas 3, 4 y 5) y la cuenca del río Luján.
La infraestructura ha sido central en la campaña y desvela a Vidal. Como símbolo, pretende instalar una amplia red de metrobuses en el Conurbano, que diseñó Guillermo Dietrich (Transporte) y tiene planeado arrancar por el del Sur que conecta con Lanús, donde ganó Néstor Grindetti.
El diagnóstico de Lacunza con su equipo no es el mejor: la Provincia podría tener un rojo fiscal este año de $ 15 mil millones, aunque en el sciolismo aseguran que es mucho menor. El tema se empezará a dilucidar la semana que viene con las primeras reuniones entre funcionarios. Pero no sólo eso: según el documento que tiene Vidal en su despacho desde 2012 la obra pública prácticamente se frenó y, para financiar salarios y obras menores, se subió del 4,5% al 9% la presión tributaria. Hoy la inversión se ubica en el 3% ($ 7.500 millones) del Presupuesto, la más baja del país.
En cuanto al Banco Provincia, el equipo de Lacunza estima que cerca del 45% de su cartera está en bonos del Estado y buscarán reconvertirlo para créditos hipotecarios para personas y pymes. El modelo será el del Banco Ciudad, que tiene créditos con tasas subsidiadas que no superan el 18%. También habrá una línea de créditos blandos para el campo.
En materia de seguridad tiene pensado reformar la policía bonaerense con un aumento salarial e inversión en equipamiento. Frenarán la incorporación de agentes ya que cree que no están debidamente capacitados. Para ello tomará como modelo el Instituto de capacitación que tiene hoy la Policía Metropolitana. Otro eje será la Educación. Además de recibir a los gremios docentes los primeros días de diciembre para discutir las paritarias, tiene pensado discutir la calidad de los maestros y armar una Agencia de Calidad Educativa. En materia de Salud, Vidal frenará el crecimiento de las promocionadas UPA para volcar fondos a los hospitales.
