Desde que tomó la conducción de YPF, en mayo pasado, Miguel Galuccio estableció, como uno de los pilares del plan de alto impacto de la petrolera, la reducción de las importaciones de combustibles a fin de limitar la salida de divisas, a tono con el mandato de la Casa Rosada.
Sin embargo, ese esfuerzo quedará ahora neutralizado por el incendio de la refinería de Ensenada –el mayor complejo industrial del país y el principal pulmón abastecedor de combustibles a un mercado en constante aumento–, que obligará a la petrolera bajo control estatal a incrementar la importación de derivados para garantizar el abastecimiento en surtidores, por un total cercano a los US$ 900 millones.
De hecho, YPF ya licitó la adquisición de dos barcos de gasoil y dos de gasolina, y la semana que viene enviará los tender (invitaciones) para adquirir dos buques más de diesel y uno de jet fuel (combustible de avión). Se estima que cada barco, que contiene entre 60 y 100 mil metros cúbicos (m3) de líquidos, cuesta entre US$ 30 y 50 millones. “Se estima que las cargas licitadas hasta ahora más las que se concretarán la próxima semana costarán cerca de US$ 280 millones”, explicó a PERFIL un trader de carburantes. “Los productos importados estarán disponibles en 15 o veinte días”, agregaron.
YPF –el principal jugador del sector, con un market share cercano al 54%– importó 44.998 m3 de nafta premium en 2012 y 823 mil m3 de gasoil, por los que pagó US$ 742 millones, 30,15% menos que en 2011 (1.062 millones), según datos de la Secretaría de Energía. Pero este año, por el incendio de la unidad de Coke de la refinería de Ensenada –que permanece fuera de funcionamiento, a la espera de que las tareas de limpieza tras las gravísimas inundaciones registradas el martes permitan iniciar el proceso de reactivación–, las importaciones de combustibles podrían hasta duplicarse.
Según cálculos que realizan en la industria, YPF debería realizar importaciones extras de combustibles livianos (gasoil y naftas) por alrededor de US$ 700 millones para palear la destrucción de la terminal de Coke (compuesta por cuatro hornos), que procesaba 15 mil barriles diarios de crudo. Además, la compra de derivados en el exterior por la parada forzada del Topping C –la inundación afectó instrumental, cables y elementos secundarios– superaría los US$ 200 millones. Se estima que la reparación de esa unidad demandará entre treinta y sesenta días, según comentaron a este medio técnicos que trabajan en la destilería platense.
La gran incógnita reside en determinar cuánto tiempo llevará la reparación de la unidad de Coke. Los técnicos de YPF empezarán a evaluar mañana los daños de los hornos y las grúas de la terminal. Sin embargo, la versión generalizada en el sector sostiene que lo mejor es construir una nueva unidad. Es más, YPF ya tiene en marcha un proyecto para instalar una unidad más moderna –Astra Evangelista (la constructora de YPF) está trabajando en la obra civil–, pero en el mejor de los escenarios su fecha de ingreso no será antes de fines de 2014.