Desde el viernes la zona de Puerto Madero donde está el hotel Faena cambió su escenografía. Hay más custodias, más autos estacionados con sus choferes tolerando el tórrido verano porteño, una ambulancia que casi no se mueve del lugar, un equipo electrógeno de grandes dimensiones por las dudas de que algún corte de luz inesperado no registre el precio del metro cuadrado de esa zona. Y por supuesto, mucho movimiento para sumar iluminación a ciertas áreas del hotel y demás arreglos para la boda de Alan Faena con Grace Goldsmith.
Este escenario es la antítesis de lo que fue el festejo “a la luz de la luna y de las velas” y con los invitados todos vestidos de blanco, que el empresario organizó para su casamiento con la actriz Natalia Lobo, un famoso verano de Punta del Este. De esto pasaron veintiocho años, pasaron otras parejas en la vida de Alan Faena, le llegó también la paternidad, y el afianzamiento de su universo hotelero en Miami.
Festejo. Fue en esa ciudad donde precisamente Faena presentó en sociedad –o al menos con fotos oficiales– a Grace Goldsmith como su nueva pareja. Fue a fines de 2022, en una celebración en la playa que él organizó por su cumpleaños. A las pocas semanas, la pareja viajó a París para oficializar el compromiso con una fiesta para unos noventa invitados. Y anoche, al cierre de esta edición, Alan Faena y Grace Goldsmith celebraron su boda con, según palabras de la organización, “festejo íntimo con invitados de todas partes del mundo”. En el caso de Faena, la graficación numérica de “íntimo” es una cifra de tres dígitos.