“Imagino que llegar a los cincuenta años de casados debe ser muy difícil, casi nadie llega hoy en día. Espero celebrar muchos aniversarios más”. Estas fueron las palabras que, según publica el monárquico diario español ABC pronunció Josefina, una de las nietas de Patricia y Mario Vargas Llosa el pasado 29 de mayo, en Nueva York, en la cena donde sus abuelos y toda la familia celebró las bodas de oro del escritor y su mujer. Apenas unos días después, el 2 de junio, el escenario ubica a todo el clan en Londres, en la Universidad de Princeton, donde Vargas Llosa recibe junto a otros cinco personajes el doctorado honoris causa.
Y a menos de dos semanas y en Madrid estalla el escándalo: en un adelanto online Hola pone en tapa al escritor junto a Isabel Preysler en dos momentos: el “protocolar”, juntos en una cena mediática de gala en Palacio de Buckingham; y el “clandestino”, de la mano tras un almuerzo a solas en Madrid.
A partir de entonces, Vargas Llosa dejó de aparecer en notas de literatura o política, para ocupar espacio con lo que parece ser un nuevo capítulo en su vida sentimental. Ni él ni Preylser hicieron declaraciones. Sólo Patricia Llosa, la ex mujer del escritor, dijo: “Mis hijos y yo estamos sorprendidos y muy apenados por las fotos”.
El silencio de los protagonistas de este triángulo no tuvo su correlato en los medios españoles, que publicaron que el escritor se mudó de su casa madrileña a Eurobuilding 2, un edificio simple con apartamentos amueblados que cuestan de 55 a 132 euros diarios. Allí funciona también el restaurante donde Preysler y Vargas Llosa almorzaron y fueron fotografiados por Hola.
Isabel Preysler se hizo famosa por ser la primera mujer de Julio Iglesias. Tras el divorcio se afianzó en los medios españoles, como un personaje casi exclusivo de Hola, por eso se insinúa que ella habría “ayudado” a ese medio a conseguir la exclusiva y agilizar el blanqueo de la relación.
Separada tres veces y viuda desde el 29 de septiembre de 2014, ella, según detalló Hola en la edición que inició el presente escándalo, conoció a Vargas Llosa en 1986, cuando le hizo un reportaje para la mencionada publicación: “A partir de entonces, Miguel (Boyer, su último marido) y yo entablamos una buena amistad con Mario y su mujer, que se ha mantenido durante todos estos años”.
Al parecer, la presente relación comenzó en febrero último, cuando Preysler fue a saludar al escritor al camarín luego de verlo actuar en Los cuentos de la peste. Casualmente en ese momento Patricia –quien no estaba de acuerdo con que su marido actuara– estaba en Lima cuidando a su madre.
