PROTAGONISTAS
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Dos periodistas obtienen el Premio Nobel de la Paz

Se trata de la filipina María Ressa y el ruso Dmitry Muratov. Un suceso así no ocurría desde 1935 y en esta ocasión fueron elegidos por “trabajar con dedicación para proteger la libertad de expresión” en sus respectivos países.

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Distinguidos. (Izq.). María Ressa, CEO y editora ejecutiva del sitio online filipino Rappler News. (Der.). Dmitry Muratov, del diario Novaya Gazeta, cuya sede está en Rusia. | afp

Fueron 86 los años que tuvieron que pasar para que un periodista volviera a ganar un Premio Nobel de la Paz. El último en conseguirlo había sido Carl von Ossietzky, quien en 1935 dio a conocer cómo se organizó el programa secreto alemán para rearmar el país luego de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, desde ayer Ossietzky tiene más compañía en esa corta lista. Por la mañana del viernes se informó que el Premio Nobel de la Paz de este año fue otorgado a María Ressa, de Filipinas, y a Dmitry Muratov, de Rusia.

Si bien ambos fueron seleccionados por sus acciones en defensa de la libertad de expresión, cada uno tuvo méritos propios para conseguirlo. Mientras que a la periodista la destacaron por denunciar el abuso de poder, el autoritarismo y la violencia en su país, a Muratov lo distinguieron por informar sobre la corrupción en Rusia, donde las condiciones para ejercer la profesión son cada vez más adversas.

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Quienes conforman la Academia del Nobel tuvieron que seleccionar a los ganadores entre más de trescientas personas propuestas. En ese extenso grupo había nombres populares, como el de la joven ambientalista sueca Greta Thunberg. Pero en esta ocasión, los miembros se inclinaron por los periodistas, quienes compartirán el cheque por un millón de dólares que acompaña al Nobel.  

 

Dedicación y valentía 

María Ressa nació en Manila, Filipinas, en 1958. A los 10 años viajó junto a su familia a Estados Unidos y fue allí donde descubrió su pasión por el periodismo. Ya en la secundaria se interesó por la actividad de comunicar e informar y, luego de pasar por la Universidad de Princeton, realizó una maestría en la Universidad de Filipinas para especializarse en la profesión que hoy ejerce.

El periodismo te pone a prueba mental, intelectual, física, espiritual y moralmente. Uno va aprendiendo a dibujar las líneas de cada uno sobre la marcha”, señaló Ressa en una entrevista. “No hay mejor momento para esta profesión que el actual. Cuando los tiempos son más difíciles y peligrosos, es cuando lo que hacemos resulta ser más importante”.

Con el galardón que recibió, Ressa se convirtió en la primera filipina de la historia en lograr un Premio Nobel de forma individual. A lo largo de su vida, cubrió eventos destacados como el atentado a las Torres Gemelas y el escándalo de Cambridge Analytica. Sin embargo, el hito que ella más destaca es la creación, en 2012, del medio Rappler. Desde entonces, se convirtió en uno de los más leídos en Filipinas por ser de los pocos que informan sobre la violencia institucional que ocurre en el país. 

 

Un luchador del periodismo en Rusia

Dmitry Muratov, el otro ganador del premio, tiene 59 años y es oriundo de lo que hoy se conoce como Samara, en Rusia. Sus estudios en periodismo comenzaron en la universidad de esa región y al poco tiempo consiguió empleo en periódicos locales. Luego de graduarse, también trabajó para el Ejército Soviético como asesor de comunicación.

Hasta 1993 se desempeñó en distintos medios de comunicación pero ese año, junto a un grupo de colegas, decidió fundar una publicación que fuera, en sus palabras, “una verdadera fuente de información para la comunidad”. De esa manera surgió Novaya Gazeta, que suele enfocarse en temáticas de derechos humanos, narcotráfico y corrupción. Durante más de veinte años, Muratov hizo de todo: cubrió guerras, fue redactor, editor y jefe de edición.

Pero en ese tiempo también sufrió pérdidas. De 2000 a 2009, seis de los periodistas que trabajaban para él fueron asesinados en situaciones sospechosas. Eso llevó a que en 2017 se retirara del periodismo aludiendo que “estaba cansado y ya no tenía energías para seguir”. De todas formas, su ausencia fue breve porque en 2019 regresó a su puesto. A lo largo de su carrera, Muratov logró muchos premios por su trabajo. Sin embargo, el Premio Nobel de la Paz fue realmente una sorpresa para él. “No lo esperábamos para nada. De hecho aquí (por Novaya Gazeta) es todo una locura”, afirmó minutos después de conocer la noticia.