Eran las 14.05 (hora argentina) cuando el piano, el bombo y un coro comenzaron a retumbar en cada rincón de la Basílica de San Pedro. Emocionada, Patricia Sosa tomó aire y entonó las primeras estrofas de Gloria, la pieza célebre de la Misa criolla, que se interpretó por primera vez en la Santa Sede frente a un papa latinoamericano. Y argentino.
Esta obra musical de trascendencia internacional compuesta por Ariel Ramírez y Félix Luna cumple cincuenta años. Y este concierto en el Vaticano se realizó como parte de la celebración en honor a Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América Latina.
La actividad surgió de un pedido que el papa Francisco formuló a la presidenta, Cristina Kirchner, quien encomendó la tarea al Ministerio de Cultura y a la Cancillería. La misa fue concelebrada por 750 sacerdotes, la mayoría latinoamericanos que viven o estudian en Roma, y cinco cardenales de América: el mexicano Norberto Rivera Carrera; el brasileño Raymundo Damasceno Assis, el chileno Francisco Errázuriz, el candiense Marc Ouellet y el estadounidense Sean O’Malley. Asistieron también el flamante embajador argentino ante la Santa Sede Eduardo Valdés, recién llegado a esa capital; la ministra de Cultura, Teresa Parodi, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri.
La Misa criolla es una obra musical para solistas, coro y orquesta, de naturaleza religiosa y folclórica, dedicada a dos monjas alemanas, Elisabeth y Regina Brückner, quienes ayudaron con alimentos a los prisioneros de un campo de concentración durante el nazismo.
Previa. “¿Van a tocar o van a desafinar?” Con su habitual sentido del humor, con esta frase saludó Francisco a Patricia Sosa y a Facundo Ramírez. Fue el miércoles, luego de la audiencia general. “¿Vos hacés como la otra cantante que tenía tu apellido (Mercedes), que antes de actuar se tomaba una copita de vino?” “¡A ella le hacía tan bien!”, bromeó Francisco a Patricia.
Esta no es la primera vez que se interpreta la Misa criolla en el Vaticano, pero sí tiene un agregado especial por ser la primera vez ante el primer Papa latinoamericano y en el marco de los cincuenta años de su creación. La tradicional misa fue interpretada el 12 de diciembre de 2011 en la Basílica de San Pedro, en una celebración eucarística que presidió Benedicto XVI, quien en su momento se manifestó “impresionado por la intensidad religiosa”.
Homilía. Latinoamérica fue también el centro de las palabras de Francisco, “el continente de la esperanza” según dijo. “Nos sentimos movidos a pedir que el futuro de América Latina sea forjado por los pobres y los que sufren, por los humildes, por los que tienen hambre y sed de justicia”, expresó. “De Latinoamérica se esperan nuevos modelos de desarrollo que conjuguen tradición cristiana y progreso civil, justicia y equidad con reconciliación, desarrollo científico y tecnológico con sabiduría humana, sufrimiento fecundo con alegría esperanzadora.”