Es inevitable la humorada si se trata de un robo a la corona inglesa. Es decir, aplicar aquello de de que “ladrón que roba a ladrón tiene...”. Pero humor y ley van por separado. La justicia británica condeñó a ocho meses de prisión a un empleado de la reina de Inglaterra que hurtó, 77 objetos del palacio de Buckingham.
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Adam Canto es inglés, tiene 37 años y formaba parte del staff de Buckingham desde 2015 como asistente de catering. Según informó la policía, entre el 11 de noviembre de 2019 y el 7 de agosto de 2020, est empleado sustrajo del palacio unos 77 objetos por valor de 110 mil euros. Mucho de lo que robó los vendió luego a través del sitio de E-Bay; algunos cosas incluso todavía figuran a la venta en esa plataforma. Y tal lo expresado por el procurador Simon Maughan, Canto los ofreció por debajo del valor estimado por la corona.
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Entre “el botín” robado por este empleado de la reina de Inglaterra y que la policía encontró en su departamento había objetos hurtados también a sus compañeros de trabajo de sus respectivos casilleros, también del príncipe Andrés -el hijo de la reina raleado de las actividades sociales por su conexión con Jeffery Epstein-, y medallas de consideración especial para la corona. Pero lo que Buckingham consideró más importante fue el robo del álbum con las fotos del banquete que la reina Isabel II ofreció en junio de 2019 al Donald Trump. El precio de ese album fotográfico se estima en 1.660 euros.
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Esta condena por el robo en Buckingham se da en el marco de una Inglaterra que atraviesa otra preocupación mayor: el coronavirus y la vuelta a un nuevo confinamiento. Y por ende, la cancelación de casi todos los eventos y fiestas populares que se celebran allí antes del verano boreal. Incluso la corona ya anunció que no se realizarán tres fiestas que, desde 1860, se realizan cada mayo en los jardines del palacio de Buckingham.
EI
