Emmanuel Macron y su esposa Brigitte tomaron una semana de vacaciones en Fort de Brégançon, al sur de Francia y a orillas del Mediterráneo. Si bien el presidente informó que utilizaría el tiempo para descansar, continuó con algunas reuniones en su agenda oficial. En los últimos días recibió a Theresa May, primera ministra británica, y comunicó que no acogería a inmigrantes en los puertos franceses, en contraposición a lo que sí viene haciendo España bajo la nueva gestión. Esa decisión, sumada a otras relacionadas con la economía, provocaron que su imagen negativa creciera.
Quizá por eso es su mujer quien se muestra en público relajada y aprovechandoel tiempo libre. Primero optó por utilizar una bicicleta eléctrica Peugeot para desplazarse por los alrededores de la residencia de verano. Siempre acompañada por su seguridad personal paró a saludar a varias personas y niños durante su recorrido.
Más tarde, eligió el mar. Las cámaras la captaron en un jet ski manejado por uno de sus guardaespaldas. A ella se la vio disfrutando y aprovechando la oportunidad para refrescarse del caluroso verano europeo.
Para finalizar, en el último día de sus vacaciones, asistió junto a Macron a un evento tradicional de Fort Brégançon: la celebración de la liberación del pueblo. Tras una recepción muy informal, Brigitte bailó de lo más suelta con lugareños.
Las vacaciones de los Macron fueron tranquilas salvo por un hecho aislado que generó una investigación de la fiscalía francesa. Mientras se encontraban en la residencia un drone ingresó en el espacio aéreo protegido hasta que, se estima, fue derribado por seguridad presidencial. La principal hipótesis es que un medio quiso sacar fotos de la pareja. Por el momento, nadie reclamó el drone, por lo que las averiguaciones continúan.