PROTAGONISTAS
La fuerza del cario

Maradona visitó a su hijo en la casa de su ex, Verónica Ojeda

Callado. El viernes, Diego en Ezeiza, luego de estar con su hijo.
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De un lado, la ex. Cuando parecía que ya no había posibilidades de recomponer la relación con Diego, Verónica Ojeda ahora se cura las heridas y vuelve a tener un vínculo, al menos amigable, con el padre de su hijo. No parecía posible después del desaire del Diez, de su posterior gira mediática y de la pelea con herramientas legales en la que el astro le prohibió a ella hablar de Diego Fernando, exhibirlo en cámara e incluso mostrar fotos.

Pero, de alguna manera, hoy dejan los abogados de lado y Diego, mientras su novia Rocío se defendía en televisión, el viernes visitó a su hijo en la casa de Ezeiza donde alguna vez vivió con Ojeda.

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Del otro lado del ring, la actual pareja del ex DT. Una joven de 23 años y de quien comenzaron a ventilarse historias algo oscuras; encima, se sumó una prima que la acusa desde la cárcel. Todo esto tiene Rocío Oliva. Y justo cuando parece que no hay más nada para contar, aparecen nuevas muestras de que si algo no le falta a la joven es experiencia de vida. La última estuvo a cargo de su tía Patricia, que se sentó en la silla del ciclo Intrusos, dos veces esta semana, para contar “su verdad”: que su sobrina cobra 25 mil euros al mes por estar con el jugador y que su hija está en la cárcel por culpa de su prima, Rocío, quien la acusó de haber secuestrado a su hermano.

Pero la rubia negó las acusaciones. “Mi tía es capaz de cualquier cosa, le voy a iniciar acciones legales”, aseguró la novia de Diego en Infama, otro ciclo de América TV.

Casi un culebrón maradoniano, si tuviera ese condimento indispensable que es el “código de familia”. Porque en el clan se protegen entre ellos. Como Dalma y Gianinna, fieles defensoras de su mamá Claudia, nietas respetuosas de la fallecida Tota y don Diego, y sobre todo compañeras tolerantes de su papá. Ya conocen bien el juego: callan cuando deben, se defienden lo justo y necesario, sin escándalos y con la cintura que pueden aplicar ante tamaño escenario. Siempre, y ante todo, cuidan a los que “pertenecen”. “Mi familia son mis abuelos, mi mamá, mi papá y mi hermana con su hijo. Por ellos mato! Por los demás no! Fin!”, escribió el jueves Dalma en su cuenta de Twitter, al mejor estilo Robert De Niro en La familia de mi novia. Habían intentado ubicarla como referí en el tironeo de las rubias –la actual y la ex– por el corazón de Diego. Pero, por si quedaban dudas, la mayor de las hijas del jugador dejó bien claro que Verónica Ojeda y Rocío Oliva nunca fueron ni serán candidatas a entrar en el círculo de confianza de las Maradona.