El millonario Horacio Cartes juró el jueves como presidente de Paraguay por un período de cinco años marcando así la vuelta al poder del tradicional Partido Colorado, que gobernó el país vecino por seis décadas. Sin embargo, quien se llevó todas las miradas y ocupó grandes espacios en los medios fue su ex esposa y madre de sus tres hijos, la argentina María Angélica Montaña, quien, en medio de una polémica acerca de quién sería la primera dama, se adjudicó ese cargo protocolar.
Pese a haberse separado, aunque no divorciado, hace ocho años, y que, incluso, se sepa que Cartes tuvo otras parejas, la argentina se autodesignó con ese rol. Y así se presenta en su cuenta de Twitter y ante la prensa. De hecho, luego de la ceremonia de asunción, y mientras su hija Sol estaba siendo entrevistada, María interrumpió la nota al grito de: “Yo soy la primera dama”. Y agregó: “Hoy asumí. En nuestra vida está Dios y la Virgen, por eso estamos acá. Lo que más nos preocupa es la gente carenciada. Yo siempre, aún no estando en ningún cargo, realicé obras de caridad.” Además, aseguró que siempre estará apoyando la gestión de su ex: “Como familia lo amamos, estamos muy unidos y que Dios bendiga su gestión. Horacio es una persona muy correcta. Nunca defraudó, mintió o estafó”.
No obstante, la elegida por Horacio Cartes para ocupar el espacio que por protocolo ocupa la primera dama en una asunción, fue su hija Sofía Cartes. La joven tiene 25 años y es estudiante de administración de empresas y ya figura, como sus hermanos, en el directorio de algunas de ellas.
Sofía fue la encargada de sostener la Biblia durante el juramento y quien se sentó al lado de su padre. Detrás, en la segunda fila, se vio a sus hermanos, Sol, de 16, que se llevó todas las miradas por su belleza – fue acompañada de su novio Luis Vaccaro–, y Juan Pablo, de 28, que no se despegó de su mamá.
Sofía además fue la que abordó junto a su padre, en el Palacio de Gobierno, el Chevrolet Caprice descapotable blanco que fue utilizado por casi todos los presidentes para saludar a los ciudadanos en el trayecto que separa la Casa de Gobierno de la Catedral Metropolitana paraguaya. Aunque aclaró: “Lo estoy acompañando como hija pero no como primera dama. Siempre voy a estar a su lado, pero no hay nada oficial de que yo cumpla ese rol”, insistió Sofía. Y agregó: “Procuro ser perfil bajo, pero ya me agarraron.”
Otro nombre que sonó en la disputa para ocupar el rol de primera dama en los actos de asunción fue el de la hermana del presidente pero Sarah Cartes, apenas se hizo notar durante todos los mismos. Según cercanos a la familia presidencial, Sarah no ocupará el cargo porque el jefe de Estado desea que ella siga con la posta al frente de las empresas de la familia, ya que allí es su mano derecha.
Por su parte, ante la consulta en medio de la polémica sobre quién se apoderará del despacho de primera dama, astuto y como para salir del paso, el presidente dijo: “Todas las mujeres que tengan convicción de trabajar para la gente humilde pueden considerarse primeras damas”. Pero se sabe que sólo una tendrá el título y aún no hay una postura oficial sobre quién de las “mujeres” de Cartes tomará ese rol. A los medios paraguayos, Sofía les pareció perfecta en su “debut”: ubicada, prolija e impecablemente vestida.