El Primavera Sound, que se celebra entre fines de mayo y comienzos de junio en Barcelona, pasó de ser, en pocos años, un festival catalán relevante a, posiblemente, el festival más importante de Europa. Este 2022 lo habían anunciado: “El cartel de Primavera Sound 2022 Barcelona-Sant Adrià no es solo el mejor de nuestra historia. También es el mayor, el más ecléctico, el más impactante, el más estelar”.
Quizá de todos esos epítetos, el más interesante –y posiblemente el más atinado– es ecléctico. Desde Massive Attack a The Strokes, pasando por Nick Cave And the Bad Seeds, Gorillaz o Dua Lipa, la lista es verdaderamente variada. Y este tipo de festivales, que amalgama a la manera de un museo una cantidad de artistas de todos los géneros, ya acostumbró a que en la letra chica se exhibe gran parte de su identidad. Las gráficas oficiales hace rato que se coloca a todos los participantes. Y en esa letra chica hay una cantidad considerable de artistas argentinos. Ya encandilaron al público con sus shows Duki, Cazzu y Khea, y ayer fue el turno de Nicky Nicole.
En ascenso. En 2021 la rosarina brilló en el programa de Jimmy Fallon, convirtiéndose en la primera argentina en participar allí, y meses después grabó un Tiny Desk. Esta exposición masiva se amoldó a su ascendente carrera. En abril de este año fue convocada para tocar en el Coachella, junto con Nathy Peluso. Su participación en el Primavera Sound no hace más que confirmar este presente tan auspicioso. Ayer le tocó compartir cartel con Phoenix, Jorja Smith, Tame Impala y los Yeah Yeah Yeahs, entre otros.
Al igual que el Sonar en su momento, la expansión del Primavera Sound lo traerá a Buenos Aires. Parece lógico. La convocatoria de tantos artistas urbanos populares, es una especie de vidriera que le permite inferir a cualquier promotor que los argentinos producen y escuchan mucha música.