El escritor brasileño Paulo Coelho se encuentra radicado en Ginebra, Suiza. Sin embargo, sigue de cerca lo que ocurre en su país. Sobre todo, está pendiente de las actividades relacionadas con la cultura. Por ese motivo, no dudó en financiar un festival de jazz que no obtuvo –como sí en otros años– los fondos de la Fundación Nacional de Artes de Brasil, algo que imposibilitaba su realización. Desde el mencionado organismo de cultura estatal respondieron que un consultor realizó un análisis del festival y llegó a la conclusión de que podía haber un “desvío de objetivo” porque desde cuentas en redes del evento se criticaba “las posturas y decisiones de derecha” de Jair Bolsonaro. Y eso motivó que no lo subsidiaron. Por las dudas aclararon que “no hay ningún tipo de censura y aún no tomamos una decisión final”.
Para rebatir esta postura del ente estatal de cultura, desde el festival comentaron que es la primera vez que este pedido de subsidio es rechazado. Hace más de una década que organizan el evento en la localidad Vale do Capao, ubicada al noreste de Brasil, y jamás tuvieron inconvenientes por la postura ideológica de sus organizadores. Esta vez, el festival se anunciaba –como también se hizo en 2020–, como un espacio “antifascista y favor de la democracia”.
Por todo esta situación, Coelho y su mujer, la artista plástica Christina Oiticica, donaron cerca de US$ 30 mil a través de la fundación que ambos tienen. Y el Festival de Jazz do Capao finalmente se realizará. Al hacer la donación el famoso escritor brasileño estipuló: “Nosotros cubriremos todos los gastos; la única condición es que mantengan su carácter antifascista y a favor de la democracia”.
En sus dos años y medio de gobierno, Bolsonaro no se llevó bien con gran parte de la comunidad artística de Brasil. Más allá de acusarlo de actos de censura y de criticar los retrocesos que provoca al promover el combate a lo que él denomina “marxismo cultural”. Entre los episodios más destacados de esta “guerra cultural” de Bolsonaro figuran la renuncia de un secretario de Cultura que pronunció un discurso con referencias al ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels y de un presidente de la Funarte que afirmó que el rock conduce al aborto y al satanismo.