El emblemático director de cine Francis Ford Coppola fue hospitalizado en el Policlínico Tor Vergata de Roma este martes 5 de agosto y, según informó el diario La República, el motivo es una cirugía cardíaca programada. La intervención a la que el artista de 86 años debía someterse ya estaba planificada, pero debió ser internado antes de ingresar al quirófano al sufrir una fibrilación auricular, un tipo de arritmia en la que el corazón late sin coordinación y de manera rápida.
Una fuente cercana al cineasta de 86 años habló con la revista People sobre el estado del director de "El Padrino". “El señor Coppola fue a una actualización programada con el aclamado doctor Andrea Natale, su médico desde hace más de 30 años, y está descansando tranquilamente. Todo está bien y él agradece la preocupación de todos”, comentó.
El ganador del Óscar había estado en el Festival Magna Grecia de Calabria a mediados de julio en la presentación de su último film “Megalópolis”, un colosal proyecto autofinanciado que costó, aproximadamente, 120 millones de dólares.
Dos días antes de su internación, Coppola se encontraba en San Francisco, en Estados Unidos, como parte de la gira que encabeza para promocionar su película.
En las últimas horas, el director se convirtió en tendencia por poner en venta su mansión de 180 metros cuadrados por 2,25 millones de dólares.
Francis Ford Coppola, el director que hizo historia
Coppola fue uno de los líderes de la renovación del cine en los años 70, encabezando un movimiento del que formaron parte Steven Spielberg, Brian De Palma, George Lucas y John Milius (un amante de las armas que, según el mito, escribió la famosa frase “cómo me gusta el olor a napalm por la mañana” que pronuncia Robert Duvall en “Apocalypse Now”).
El director se consagró con “El Padrino” (1972), y luego filmó una continuación que tuvo un éxito todavía mayor, “El Padrino II” (1974). En 1979, convirtió a El corazón de las tinieblas, la emblemática novela corta de Joseph Conrad en “Apocalipsis now”, un despiadado retrato sobre la guerra de Vietnam que significó su reencuentro con Marlon Brando, al que le había dado el emblemático rol de Vito Corleone siete años antes.
Durante las siguientes décadas, Coppola combinó films independientes, como “The Outsiders” (1983), donde trabajaron actores desconocidos que luego serían muy famosos (Ralph Macchio, Matt Dillon, Patrick Swayze, Rob Lowe, Emilio Estévez y Tom Cruise), con productos más comerciales como “Cotton Club” (1984), o su particular adaptación de “Drácula” (1992).
George Lucas fue quien mejor sintetizó el impacto de su amigo en toda una generación de nuevos directores que intentaban oponerse al sistema y hacer películas personales, lejos de los estereotipos que imponía el Hollywood de fines de los 60 y comienzos de los 70: “Francis era el caballero de la blanca armadura. Él fue quien nos dio esperanza”.
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