Durante este julio se disputarán dos torneos importantes a nivel internacional pero que poco tienen que ver entre sí. Uno de ellos comenzó esta semana y es la edición 133 de Wimbledon, uno de los campeonatos más prestigiosos del circuito profesional de tenis. El otro se relaciona con los videojuegos y se trata del Mundial de Fornite que se llevará a cabo a fin de mes en Nueva York.
Más allá de la diferencia entre lo que podría ser considerado un “deporte tradicional” y un eSport o “deporte electrónico”, hasta hace pocos años había una gran disparidad desde lo económico. Los deportistas de élite, en esta caso tenistas, ganaban mucho dinero por competir en los principales torneos mientras que los jugadores de videojuegos no tenían la misma suerte. Sin embargo, eso cambió en la actualidad y se puede ver en estos dos casos.
Premios millonarios. La edición 2019 de Wimbledon repartirá en premios un total de 50 millones de dólares tanto en la competencia individual masculina como en la femenina, quedándose los ganadores del torneo con 2.9 millones de dólares. Mientras tanto, el mundial de Fornite repartirá un total de 30 millones de dólares en premios quedándose el triunfador con 3 millones de ellos.
La situación es similar para los que participan en ambas competencias pero no ganan. En Wimbledon por jugar sólo la primera ronda se obtienen 57 mil dólares mientras que los organizadores del mundial de Fornite garantizaron que todos sus participantes obtendrán al menos 50 mil dólares por viajar y jugar en Nueva York.
Opinión. Consultado por PERFIL Nicolás Crespo, presidente de la Asociación de Deportes Electrónicos y Videojuegos de Argentina (DEVA), explicó que el solo hecho del aumento de los ingresos no garantiza la profesionalización de una actividad aunque sí se puede mayor interés por los eSports en general y en el país. “Existe una visión parcializada sobre lo que es la profesionalización y es entendible. Generalmente se piensa al profesional como aquella persona que puede vivir de su actividad, pero hay mucho más en el fondo. Los eSports tienen, en muchísimos casos, un alto porcentaje de parecido con cualquier deporte tradicional y es por eso que se consideran un deporte. Pero también tienen un ecosistema aparte, totalmente diferente al de los deportes tradicionales y es por eso que muchas veces cuesta tanto compararlos”, explica Nicolás. Y agrega: “Es más fácil asociar el crecimiento de los eSports al crecimiento del patrimonio de empresas como Google que al crecimiento del fútbol a lo largo de la historia. A pesar de todo esto, se empieza a notar el interés de las empresas y los grandes jugadores de la industria del deporte. En el último año se sumó la AFA y la Superliga, el grupo Media Pro, Turner (TNT) y varios más”.
Todo lo que tenés que saber sobre el Fortnite
Al ser interrogado sobre la profesionalización en Argentina y el resto de la región Nicolás señaló que todavía falta trabajo. “Creo que la posibilidad está en algunos títulos de Esports, pero que todavía es muy difícil en la región. Todavía falta crear los escalones previos al profesional, para poder marcar una guía clara para todos los stakeholders de la industria de los Esports (jugadores, equipos, empresas, profesionales del rubro, etc) acerca de cuáles son los pasos a seguir para poder llegar al ámbito profesional en donde se puede vivir de ello. Destaco que la dificultad de vivir de los Esports no es solo para jugadores, sino para relatores, árbitros, entrenadores y para la gran mayoría de las profesiones relacionadas a esta industria”.
Para cerrar, el presidente de DEVA indicó que sí se puede notar un aumento de los equipos y el entrenamiento para las competencias. “Hay equipos que compiten, pero no podría asegurar que todos tengan una metodología de entrenamiento. La idea misma de entrenamiento se está empezando a hacer una costumbre poco a poco desde las esferas de alto rendimiento de los eSports y van bajando la pauta a las organizaciones más chicas que esperan llegar a ese nivel. El entrenamiento es clave para lograr mejores resultados competitivos y tarde o temprano todos aquellos equipos que deseen lograr un objetivo importante deberán tener una metodología de entrenamiento según lo que plantee cada entrenador. Este es un juego que abrió su formato competitivo hace muy poco y aún no está del todo formado. El Fortnite es un juego con un potencial increíble de crecimiento”.
Evolución. Lo que se puede notar entre los premios de Wimbledon y el mundial de Fornite trasciende a otros torneos y deportes. Por ejemplo, el Roland Garros de este año repartió 48 millones de dólares en premios y los campeones individuales obtuvieron 2.6 millones (400 mil dólares menos que el futuro campeón de Fornite). Otro ejemplo en deportes individuales podría ser el golf. Recientemente se jugó el Us Open, torneo de gran prestigio en el circuito, y su ganador Gary Woodland obtuvo 2.2 millones de dólares.
Los grandes premios que antes parecían ser sólo para deportistas tradicionales de élite también llegaron a los eSports. El estudio Epic Game anunció que entre 2018 y 2019 repartirá un pool de premios que alcanzarán 100 millones de dólares. En 2018 el DOTA 2, otro de los videojuegos más populares, tuvo un pool de premios que superó los 40 millones de dólares anuales y el Counter-Strike: Global Offensive superó los 20 millones.
La relación se puede ver en otros aspectos que no tienen que ver con lo económico. Por ejemplo, en la actualidad se están construyendo estadios que son usados exclusivamente para competencias de eSports. Sin ir más lejos el próximo 13 de julio se inaugurará Esports Land, el primer parque temático de videojuegos en Argentina donde se realizarán torneos y competencias. El mismo estará ubicado en el Parque de la Costa y contará con un teatro cubierto con 1.000 butacas y un anfiteatro de 5.000 localidades al aire libre. Los dos tendrán escenario y pantallas gigantes para seguir las partidas.
