Un hombre equipado con armas semiautomáticas cometió una matanza en dos mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda este viernes y dejó como saldo 49 fieles muertos y decenas de heridos. El atacante, de 28 años identificado como Benton Tarrant, transmitió mediante una cámara GoPro el paso a paso de su accionar en las redes sociales. Fue detenido cuando quiso huir y está acusado de asesinato. Debe comparecer el sábado ante la justicia. Tras conocerse la noticia, muchos especularon y encontraron similitudes entre lo ocurrido y lo que pasa en el videojuego llamado Fortnite.
En diálogo con PERFIL, Ignacio Bresco, neurólogo cognitivo, explicó lo que pudo haber ocurrido en este caso al indicar: "Indudablemente no es el videojuego el culpable, sino que es una persona que tiene un trastorno psiquiátrico grave para generar semejante atrocidad. Uno de los puntos que puede generar es la intencionalidad al asesinato sin que haya consecuencias de otro tipo, es un punto psicológico. Otro punto tiene que ver con la situación psicomotriz que produce el juego, que sube adrenalina porque la persona se compenetra y empieza a tener sentimientos de identificación con el mismo, por lo cual si hay una persona ansiosa y con problemas psiquiátricos, se va a estimular y va a estar acostumbrada a realizarlo. El tercer punto es que muchas veces no van a haber consecuencias graves sobre esa variante, ni evaluar las secuelas de angustia y muchas veces tener empatía consecuentemente con este punto".
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En ese marco, el también Doctor en Filosofía agrega: "Con respecto al manejo de realidad virtual hay varias cosas estudiadas interesantes que tienen que ver con una compenetración mucho más profunda con el juego de lo que se pensaba, es un estudio de resonancia magnética funcional del cerebro. Cuando un jugador, en este caso con la cámara GoPro, tiene una avatar donde él se identifica con es ese personaje y la emocionalidad que se prende si se 'daña' ese avatar, está muy emparentada con lo que le sucede a un amigo, es decir que la identificación cerebral que tiene una persona jugadora permanente en un juego en forma crónica le hace sentir la misma empatía por el juego que con un amigo, lo cual hace que esa realidad deje de ser virtual y comience a confundirse con lo real".
Y agrega: "Otro estudio muestra que los fenómenos de avatar o de manejo de la computadora incluso, producen como una prolongación del cuerpo. Así como el carpintero, el martillo que lo tiene adaptado a su vida y cando uno hace una resonancia magnética, la parte motora se identifica con el martillo como si fuera una extensión de su cuerpo, y lo mismo ocurre con el tenista y su raqueta, lo tienen incorporado inconscientemente, la persona que está con un mouse, éste último es identificado como parte de su propio cuerpo, es una especie de fusión psicológica entre la computadora y la persona y esto hace que haya una pérdida entre la realidad virtual y la realidad motora, lo cual es muy confuso. En este caso, hay que sumarle que con la GoPro uno está incorporado al sistema de estructura,se van a confundir entonces el sistema emocional y va a ser una confusión sensorial y motora".
Brusco completó: "No hay que matar al juego, porque por ejemplo algunos son muy buenos para la rehabilitación, pero si el que juega es un individuo con trastorno de personalidad que piensa que por ejemplo, si mata a la gente Dios lo bendice, se transforma en una herramienta muy poderosa. En este caso en particular se trata de un antisocial y fundamentalista porque fue algo religioso y de odio a los musulmanes. Es decir no se puede culpar al videojuego, porque éste puede ser efectivo en otras cuestiones. Pero, lo primero y más importante es que la población no debería tener armas reales. Hay una interrelación del juego de realidad virtual que se pasa a confundir y sentirse como real en tres puntos fundamentales: en lo empático (emocional, donde el avatar pasa a ser igual que un amigo); la parte motora (que se activa y lo siente como propio) y una sensorial, donde se incorporan desde lo visual fundamentalmente se incorpora en el sistema, es decir que se sienten dentro del sistema, fundamentalmente dentro del GoPro".
El hecho. El video de la masacre, publicado en Facebook Live, fue realizado con una cámara colocada supuestamente en el cuerpo del autor, y muestra al hombre mientras se dirige en coche hasta la mezquita Masjid al Noor. Luego entra en el edificio y empieza a disparar.
Las dos mezquitas atacadas fueron la de de Masjid al Noor, en el centro de Christchurch, donde murieron 41 personas, según la Policía, y la de Linwood, en las afueras, donde siete personas perdieron la vida. Otra víctima de la que no está claro aún en cual de los dos sitios estaba, falleció cuando llegó al hospital. Entre las víctimas mortales figuran mujeres y niños.
Antes de pasar a la acción, el hombre publicó en Twitter un manifiesto racista de 74 páginas titulado "El gran reemplazo", en alusión a una teoría originada en Francia y que va gana terreno entre los círculos de la ultraderecha y según la cual los "pueblos europeos" son "reemplazados" por poblaciones no europeas inmigrantes.
Repudio. La primera ministra, Jacinda Ardern, habló de de uno de los "días más oscuros" de este país del Pacífico Sur, calificó el atentado de "terrorista" y subrayó que se trata del peor ataque contra musulmanes en un país occidental.
Masacre en Nueva Zelanda: del videojuego Fortnite a la vida real
El atentado suscitó una cascada de condenas en todo el mundo, desde el papa Francisco hasta la reina Isabel II, y hasta el presidente estadounidense, Donald Trump, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan.
"Mis mejores deseos se dirige a la gente de Nueva Zelanda después de la horrible masacre en las mezquitas. 49 personas inocentes han muerto. Estados Unidos está parado por Nueva Zelanda para cualquier cosa que podamos hacer. ¡Dios bendiga a todos!", fue el mensaje del mandatario norteamericano en Twitter.
My warmest sympathy and best wishes goes out to the people of New Zealand after the horrible massacre in the Mosques. 49 innocent people have so senselessly died, with so many more seriously injured. The U.S. stands by New Zealand for anything we can do. God bless all!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 15, 2019
