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El 14 de octubre de 1970 la TV mexicana estrenó el programa que convertiría a El Chavo del Ocho en un éxito televisivo internacional por décadas. El responsable, autor, director y protagonista era Roberto Gómez Bolaños, bautizado Chespirito, el Shakespeare mexicano, por sus dotes de dramaturgo y su escaso metro sesenta. El apodo se lo dio uno de los directores para los que escribió guiones, publicitarios y para dúos cómicos en radio, TV y cine.
Ayer, con cierto estupor se anunció su muerte. También hubo algo de incredulidad porque este mismo año, un medio latinoamericano hizo que la familia emitiera un comunicado donde negaba que el artista, de 85 años, hubiera muerto. La realidad esta vez fue otra. “Muchas veces se difundieron morbosamente noticias (sobre su muerte) pero ahora sí es verdadera”, dijo a AFP su asistente Augusto Rattoni. En su cuenta de Twitter, Televisa –la poderosa cadena de televisión donde él desarrolló casi tosa su carrera– lamentó el fallecimiento de Chespirito, figura imprescindible de la TV mexicana”. Luego fue el presidente Enrique Peña Nieto quien envió su mensaje de pésame.
Según un allegado a la familia, la muerte fue a las 13.30, en la exclusiva urbanización de Isla Dorada, en Cancún. Allí se había mudado el actor debido que el clima era mejor para su salud.
Su muerte también impactó a sus compañeros de la mítica serie El Chavo. “Estoy en estado de shock, no pensé que me iba a afectar tanto (...) Lo recordaré siempre con una sonrisa”, dijo Edgar Vivar, quien interpretó al Señor Barriga.
Gómez Bolaños fue el creador de algunos de los programas más populares de la historia de la televisión latinoamericana, como El Chapulín Colorado y El Chavo del Ocho. En lo estrictamente personal, tuvo seis hijos con su primera esposa y vivió sus últimos años junto a Florinda Meza, más conocida como Doña Florinda.
El comediante había nacido el 21 de febrero de 1929 en el seno de una familia de clase media del DF. A pesar de que estaba retirado de la escena, su inmensa popularidad y el cariño de sus admiradores volvieron a quedar reflejados cuando en 2011 abrió una cuenta de Twitter que ha sumado a más de 6,6 millones de seguidores. “¿Para qué quieren mi perfil si soy más guapo de frente?”, bromeó el actor al estrenarse en la red social.