Días después de la muerte del diseñador Karl Lagerfeld se llevó a cabo su despedida. El dejó la orden de que no se realizará un funeral masivo y sus allegados se encargaron de cumplir con ese deseo. Solo familiares y amigos íntimos asistieron a la pequeña ceremonia que se realizó en el crematorio Mont-Valerien del municipio de Nanterre en Francia.
Entre los invitados estuvieron Carolina de Mónaco, Hudson Kroenig –su ahijado de 10 años y posible heredero de su fortuna–, la modelo rusa Natalia Vodianova e Inès de la Fressange. También Virginie Viard, quien fue su mano derecha durante los últimos treinta años en Chanel y lo sucederá en la compañía como directora creativa.
Nacida en Francia, ingresó a la empresa en 1986 luego de finalizar sus estudios universitarios. Su primer puesto fue el de “becaria de bordado de alta costura” pero no estuvo mucho tiempo en ese departamento. Lagerfeld notó sus habilidades rápidamente y la tomó como su protegida. Desde ese momento nunca se separaron y trabajaron juntos por más de tres décadas.
Según ha contado la propia Viard, el diseñador confiaba plenamente en ella y le entregaba sus bocetos para que los analizara y les diera vida en los desfiles. Además, se encargaba de los proveedores, de elegir las telas y de coordinar todos los equipos de producción. “Lo nuestro es una auténtica amistad. Somos muy cómplices e intento complacerlo y sorprenderlo en todo momento”, dijo en una entrevista hace algunos años.
La relación que mantuvieron llevó a que comprendiera a la perfección los pensamientos de Lagerfeld pero, de todas formas, eso no garantizaba que sea elegida como su sucesora. El año pasado, cuando los rumores sobre el estado de salud del diseñador comenzaron, varios nombres sonaron para reemplazarlo. Sin embargo, él mismo se encargó de desmentirlos. En mayo de 2018 apareció acompañado por primera vez en el famoso “desfile Crucero” y la elegida fue Viard. El gesto fue tomado por todos como “un pase de mando”.
“Sin Virginie, el desfile no existiría. Ella está detrás de todas las colecciones, las artesanías, la costura y el resto. Ella es una de las personas clave en Chanel”, explicó el diseñador en ese momento, y tras conocerse la noticia de su muerte los directivos de la empresa no dudaron en tomar la decisión de convertirla en su sucesora. Viard tendrá la difícil tarea de darle una impronta propia a la marca tras treinta años de predominio de Lagerfeld pero el CEO de Chanel afirmó que es la indicada para hacerlo.
Deseo. “Preferiría morir antes de ser enterrado”, bromeaba usualmente el diseñador cuando le preguntaban acerca de los planes que tenía para su muerte. Por ese motivo hace algunos años pidió que se cuerpo sea cremado y que las cenizas sean repartidas en tres locaciones. La primera de ellas es en la tumba de su madre Elisabeth, quien le transmitió su amor por la ropa desde que era pequeño.
La segunda es un lugar secreto junto a los restos del millonario y gran amor de su vida, Jacques de Bascher, con quien convivió durante veinte años. “El fue quien lo inspiró. Fue su vía de escape en una etapa en la que trabajaba de forma exhaustiva. Al final, Jacques se convirtió en parte de su familia”, aseguró Marie Ottavi, escritora de la biografía de Bascher, a la revista Vanity Fair. Y reveló: “Era una relación libre. A Lagerfeld no le interesaba el sexo, a Jacques, demasiado. Para De Bascher era una forma de expresar su poder, un ámbito en el que su belleza y su cultura causaban estragos. Lagerfeld ejerció el papel de voyeur que se divierte sin participar. Les unía en cambio el gusto por el romanticismo, la estética, la vida palaciega”.
El tercero y último de los lugares todavía no ha sido elegido ya que será en el mismo donde descanse su gata Choupette. El animal no ha muerto aún, por lo que deberán esperar. Según las personas que conocían al diseñador trataba a su mascota como un familiar más y la llevaba a todos lados con él. Por eso no resultó raro que quisiera que una parte de sus cenizas estuvieran junto a las de ella.