Ya son más de 60 personas las que murieron y otras 150 resultaron heridas en un ataque suicida que ocurrió en una mezquita en el noroeste de Pakistán, donde se encontraban unas 260 personas dentro del lugar.
La mayoría de las víctimas eran agentes, que se encontraban en medio de una plegaria a la que habitualmente asisten entre 300 y 400 policías. La explosión se dio en el templo dentro del cuartel general policial en la ciudad de Peshawar, cerca de la frontera con Afganistán.
A los rescatistas se los apoyó con maquinaría pesada y de entre los escombros salían sobrevivientes. El atentado tuvo lugar pese a ser una de las zonas más vigiladas de la ciudad.
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El incidente se produjo el mismo día en el que estaba programada la visita del presidente de los Emiratos Árabes Unidos. El martes llegará una misión del FMI para negociar y evitar que el país caiga en una moratoria.
En los últimos meses, la ciudad sufrió ataques contra sus fuerzas de seguridad. El país tiene graves problemas de seguridad desde que los talibanes recuperaron el poder en Afganistán.
