Hasta el momento 47 personas murieron y otras 150 resultaron heridas en un ataque suicida que tuvo lugar dentro de una mezquita ubicada en el cuartel de la policía de Peshawar, en el noroeste de Pakistán, durante la plegaria de la tarde cuando había unas 260 personas dentro del lugar.
"Estoy aquí en el lugar de los hechos y se están efectuando las tareas de rescate", confirmó el vicecomisionado de la ciudad de Peshawar, Shafiullah Khan, y precisó: "Más cuerpos están siendo retirados. En este momento nuestra prioridad es salvar a la gente enterrada bajo los escombros".
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Tras el ataque, las autoridades paquistaníes decretaron alerta máxima en todo el país. Asimismo, los oficiales de la Policía señalan que aún pueden haber más víctimas sepultadas debajo de los escombros. Según declaró un testigo en diálogo con Geo TV, "se derrumbó un edificio de dos plantas" al momento de las oraciones.
"Muchos se encuentran en estado crítico", detalló el vocero del hospital Lady Reading de la ciudad, Mohammad Asim, con respecto al estado de los sobrevivientes al ataque. A su vez, el centro médico se vio obligado a realizar un llamamiento a donar sangre para tratar a la enorme cantidad de heridos que fueron trasladados al recinto.
Posteriormente, la cadena estatal PTV difundió imágenes donde se podía ver a los oficiales de la Policía y personal de emergencias trabajando en el retiro de los escombros y traslado de los heridos ya que, según afirmó el agente Sikandar Khan, "una parte del edificio se derrumbó y se cree que hay varias personas bajo los resto".
"Vi una humareda negra subir al cielo. Salí corriendo para salvarme", relató sobre el momento del hecho el policía Shahid Ali, en diálogo con AFP. El mismo se encontraba dentro del lugar al momento de la explosión y agregó: "Todavía escucho en mi cabeza los gritos de la gente. Gritaban pidiendo ayuda".
Hasta el momento, ninguna formación insurgente ha reivindicado el ataque como propio.
Cabe mencionar que el último atentado ocurrido en Pakistán tuvo lugar en la misma ciudad en marzo de 2022, también con un ataque suicida, cuando un hombre detonó explosivos dentro de una mezquita de la minoría chií, dejando 56 muertos y casi 200 heridos.
En aquel momento, el atentado fue reivindicado por el EI-K, una rama local del grupo yihadista Estado Islámico.
AS./fl
