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Opinión

No hay vacuna contra la estupidez

Los dirigentes siguen jugando con fuego al borde del ridículo y diría que allá ellos, si no fuera porque la experiencia indica que así nos quemamos todos.

Tenemos una oposición que defiende el bolsillo de nuestros jubilados y tenemos un oficialismo que frena el aborto en el Senado. Tenemos al Fondo Monetario acá, en casa tenemos un giro ortodoxo o racional del Gobierno, según qué economista liberal describa ese giro y tenemos a una CGT que amenaza con enfrentar el ajuste en la calle.

No cambie de canal. Esta no es una nota de archivo. Todo eso que tenemos lo tenemos hoy en noviembre del 2020, con los K en el gobierno y el macrismo en la oposición. O sea, estamos igual, congelados en la lógica oficialismo-oposición, pero al revés, como frente al espejo. Pero un tiempo después.

¿Qué es lo nuevo? Que todo empeoró y es muy probable que todavía siga empeorando, lo cual tampoco es muy nuevo que digamos para la Argentina. Pero además, empeoró por una enfermedad mundial que nos encerró, empobreció, aburrió y nos puso fóbicos al punto de que en cualquier momento están llegando las vacunas y no nos alegra porque tenemos a una mitad que no se daría ni a palos la vacuna rusa y tenemos por eso mismo otra mitad que casi se la daría todos los días a partir de ahora mismo.

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Cómo funciona la vacuna Sputnik V contra el Covid

Tenemos un 22 por ciento, casi un cuarto de la población, según la última encuesta de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, que opina sobre las vacunas, pero no considera necesario vacunarse. Casi un cuarto de la población. Mientras tanto, tenemos un oficialismo que promete empezar a ser cuidadoso con el gasto y tenemos a una oposición que gasta los vueltos del Estado para irse en avión a militar al interior contra el gobierno.

Nada parece demasiado nuevo, ni demasiado serio y la política es básicamente lo que parece. Los dirigentes siguen jugando con fuego al borde del ridículo y diría que allá ellos con su siempre lo mismo, si no fuera porque la experiencia indica que así nos quemamos todos.

Si hay una vacuna que nunca va a existir es la vacuna contra la tontería de estar tropezando siempre con la misma piedra. Lo que ya parece más bien una adicción.