Dos cosas sobre Lilita Carrió: los que no creían que se retiraba, la pegaron y la otra, que nunca sale a calmar las aguas, más bien todo lo contrario.
Carrió salió a decir que Cristina Kirchner puede ir presa porque no tiene fueros y que debe ser destituida pero que a la oposición hoy por hoy no le dan los números para eso aunque podrían darle un poco más adelante y más adelante lo que va a haber son elecciones. Así que Carrió volvió a alzar bien alta la bandera electoral de Cristina presa, destituida o lo que fuera.
Más allá del nivel de obsesión, yo diría enfermiza, que genera CFK en muchos opositores, entre ellos varios colegas periodistas, Carrió se equivocó en algo esencial de su planteo: la vicepresidenta tiene fueros. O sea, tiene inmunidad para ser detenida, no investigada. El vicepresidente de la Nación no tiene fueros de carácter parlamentario porque no es legislador. Le caben las mismas inmunidades que al presidente de la Nación porque ambos cargos, el de presidente y el de vice, constituyen la cabeza del Poder Ejecutivo Nacional.
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Esto no lo establece la Constitución Nacional, sino que lo establece la Ley de Fueros, sancionada en septiembre del año 2000 en pleno escándalo por las coimas del Senado. ¿Se acuerdan las coimas del Senado? Un caso que duró casi 15 años, terminó con todo el mundo sobreseído, incluso los denunciantes y los arrepentidos. Por eso se sancionó la Ley de Fueros.
Raro que alguien de tanta experiencia parlamentaria y legal como Lilita Carrió no sepa eso. Parece que la chaqueña decidió meter primera con vistas al año electoral, calentando a la hinchada opositora con más o menos lo mismo de siempre “destituyamos y metamos presa a Cristina”.
Según lo anunciado esta semana, los diputados nacionales de la Coalición Cívica elevarían un pedido de juicio político contra CFK por su carta pública de la semana pasada donde cuestionó a la justicia en general y a la Corte Suprema en particular, como si Carrió nunca hubiera denunciado a la Corte ni a ninguno de sus miembros.
Pero bueno, las principales tensiones de la discusiones políticas siguen centradas por ahora en temas de los que no depende nada de la vida real de las personas y nada nuevo bajo el sol.