Luego de la reunión bilateral entre el presidente Alberto Fernández y su par chino, Xi Jinping, Argentina aprobó su incorporación a la denominada "nueva Ruta de la Seda".
Con más de 140 países incluidos, la iniciativa de la franja y la ruta es un megaproyecto económico que invoca la mítica ruta comercial que unió a China y Europa durante el primer milenio. Se trata de la creación de dos grandes rutas comerciales, una terrestre y otra marítima que conectarán al gigante asiático con Europa, África y América Latina.
Argentina recibirá inversiones chinas por un total de 23.700 millones de dólares que irán a infraestructura relevante para el sector energético. La red de aguas y cloacas, el transporte, y la construcción de viviendas.
El financiamiento es a través de instituciones gubernamentales chinas, financieras privadas, u organismos internacionales como el Banco Asiático de Inversión.
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Las potencias económicas rivales afirman que el proyecto es una estrategia de China para generar dependencia en los países en vías de desarrollo y advierten sobre la trampa de la deuda.
Con un crecimiento anual del PBI del 5.7% se espera que para el año 2028 China superará a Estados Unidos como la economía más grande del planeta.