Mirá lo que es eso. ¿Cómo hacemos para resistirnos a una milanesa? Algunos la comemos de carne de ternera, otros la prefieren de pollo y algunos de entraña pero también existen las opciones veggies: berenjena, soja, porotos.
Todas comparten el pan rallado y el acompañamiento de algunos manjares encima. A pesar de que Italia y Austria se disputen el origen de la milanesa, es una comida que se instaló en lo más profundo del corazón de los argentinos y somos nosotros quienes ofrecemos más variantes de este plato.
En los últimos años la tendencia fue darle sabores alternativos a la milanga tradicional. Un clásico es la milanesa napolitana con salsa de tomate, jamón y queso. Algunos le suman rodajas de tomate.
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Pero si vamos a un bodegón vamos a encontrar otras opciones: ahora es una costumbre que la milanesa tenga una base de cheddar, panceta y hasta algún huevo frito. También existen con jamón crudo, muzzarella y rúcula. El plan de hoy es comer una buena milanesa para respetar esta tradición argentina.
