Continúa la violencia en Francia y es un escenario de guerra. Blindados y más policías tratan de contener los disturbios que durante tres días se extienden por varias ciudades francesas, por el asesinato de un joven en un control policial en Nanterre.
Además, se suspendieron los servicios de colectivos, tranvía y espectáculos. No se venden cohetes, ni productos inflamables y está en duda la prueba ciclística Tour de Francia.
El presidente Macron reforzó las medidas de seguridad y apeló a los padres de los menores para que no participen en las protestas.
También, se conoció la primera muerte: la de un joven de 20 años que falleció tras caer del techo de un edificio en medio de las protestas, en Petit-Quevilly, Sena Marítimo, en Normandía.
En total, son casi 900 detenido, 250 agentes heridos, 500 edificios y comercios dañados y saqueados. A esto se suman 2 mil colectivos y autos calcinados.
Opiniones sobre la violencia
La primera ministra, Élisabeth Borne, señaló que la violencia no resuelve nada: “La muerte del joven de 17 años en Nanterre es una tragedia pero solo la justicia responderá”.
La excandidata presidencial de la Agrupación Nacional, Marine Le Pen y otros cuadros políticos reclamaron medidas para pacificar.
La ONU, por intermedio de Ravina Shamdasani, pidió a las autoridades ocuparse de los "profundos" problemas de racismo y discriminación en sus fuerzas de seguridad. Estas acusaciones para la cancillería son totalmente infundadas.
La madre de Nahel, dijo que culpa sólo al oficial que le quitó la vida a su hijo, porque "vio un rostro árabe y un chico”.
