La inflación no solo repercutió en el precio de la carne, verduras, frutas y los lácteos sino que también en el precio del pescado. En las pescaderías lo más vendido es el filet de merluza, que en esta época de paro en el puerto Marplatense cuesta $700 el kilo y en ese mismo precio rondan los filets de brótola y de lenguado.
En las góndolas del supermercado el consumidor se va a encontrar con las requeridas latas de atún, que dependiendo de la marca y el formato, varían sus precios en un amplio margen. El atún desmenuzado en aceite y agua parte de los $95, mientras que en lomos y en aceite puede llegar a los $224.
Otra opción es la caballa, su lata de 300 gramos ronda los $269. Comer pescados y derivados es costoso pero la ventaja es que tiene un buen provecho nutricional y cuando la logística lo permita los precios volverán a bajar.