Las acciones europeas registraron su peor jornada en más de un año, luego de una fuerte caída que se registró en el precio de las acciones de los bancos de Europa, que estuvo encabezada por Credit Suisse. Esta entidad llegó a perder hasta un 30 por ciento de cotización en el momento más crítico de operaciones.
La situación alteró las bolsas globales y arrastró el precio de las acciones. El euro perdió un 1% con respecto al dólar y también cayeron los índices de referencia del petróleo para el hemisferio norte, el West Texas y el Brent operaron en rojo, cayeron en algunos casos más del 3%, las tradas por la debacle del Credit Suisse. Se calculó que en tres horas se evaporaron 60 mil millones de euros de cotización de la banca europea.
En ese contexto, el banco suizo solicitó a la autoridad monetaria de ese país y a la Autoridad Suiza Supervisora del Mercado Financiero (Finma) que brindaran una declaración pública sobre la salud financiera de la entidad, con el objetivo de devolverle confianza al mercado.
La entidad encadena dos años de pérdidas millonarias: en 2021 fueron de 1.572 millones de francos suizos (1.600 millones de euros), y en 2022 casi se quintuplicaron, hasta los 7.293 millones de francos (7.400 millones de euros).
Credit Suisse sufrió además el pasado año la retirada de liquidez por valor de 123.200 millones de francos suizos (126.000 millones de euros).
Entre los principales factores que explican estas pésimas cuentas destaca su exposición a firmas de riesgo que colapsaron en ejercicios anteriores, como el fondo de cobertura estadounidense Archegos o la firma angloaustraliana de servicios financieros Greensill.
