Alguna vez les habrá pasado de guardar algo solo por las dudas, por si algún día lo usan o de recuerdo. También en varias oportunidades te habrás preguntado por qué te quedaste con algún objeto. Acá van algunos tips para desprendernos de lo que no usamos o no funciona.
El primer tip es reconocer que el orden nos da mayor calidad de vida, comodidad y bienestar. El segundo consejo es delimitar áreas para optimizar espacios físicos en nuestros hogares, separando secciones por utilidades, formas, tamaños o el filtro que resulte conveniente.
Por ejemplo, podemos delimitar un cajón para almacenar ropa interior en lugar de mezclar esas prendas con remeras y pijamas. Esto aplica a todos los sectores de la casa, desde el placard hasta el baño y las alacenas de la cocina.
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Una vez realizado esto podemos pasar al tercer escalón, filtrando que cosas no usamos y cuáles no funcionan para deshacernos de ellas. Si bien son solo cosas, a veces hay que trabajar en el desapego para ganar calidad de vida.
Es cierto que muchas veces vinculamos objetos con metas alcanzadas o recuerdos de alguna etapa pero al entender que quizás esté de más podemos cortar el lazo con ese elemento. Así ganamos espacio, optimizamos tiempo y encontraríamos mayor practicidad para ordenar.
La mejor guía es preguntarnos si lo necesitamos y si nos sirve dicho objeto y, por qué no, hasta podemos pensar en donar o vender la prenda u objeto en cuestión. Eso que tal vez nosotros no necesitamos a alguien más le podría servir y mucho. Es bueno entender que muchas veces menos es más.