Lo que parece palpable en la calle está sustentado por las estadísticas. Es que el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina mostró que del 2021 al 2022 se agravó el panorama de las condiciones macroeconómicas, particularmente por la alta inflación.
Los números son tan claros como alarmantes. En el país hay 18 millones de personas pobres, con un aumento de entre el 42,4 y el 43,1 por ciento, mientras que la indigencia bajó entre un 9 y un 8,1%, siendo ahora 3,3 millones las personas bajo esta condición.
El deterioro se da a nivel absoluto en los estratos sociales aunque los de menores recursos son los que más sufren. El 51,7 % de la población cuenta con un programa social sin contar las jubilaciones.
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En tanto, el 40% de los niños reciben alguna ayuda alimentaría. Entre los ciudadanos con empleo, el 16% pertenece al sector público, el 30% al privado y el 53,3% a microempresas o cuentapropistas, un rubro que tuvo un crecimiento del 46,9% con respecto al 2011.
Por otro lado, la remuneración promedio actual está en 79 mil pesos pero los empleados públicos llegan a 111 mil, los privados formales a 110 mil y los informales a 52 mil, mientras que los de la economía social perciben un promedio de 50 mil pesos. Sí, el panorama es absolutamente desesperante.