La producción mundial de plástico se duplicó en los últimos 10 años. Científicos de la Universidad de Harvard en colaboración con la Universidad Tecnológica de Singapur desarrollaron un nuevo material a base de plantas que podría reemplazar al plástico en el envasado de alimentos.
Dicho descubrimiento tiene sus raíces en la guerra. Durante décadas, los investigadores perfeccionaron los apósitos para heridas con fibras antimicrobianas para utilizar en circunstancias límite.
El material en cuestión funciona como una máquina de algodón de azúcar, una solución que se evapora y luego se solidifica en forma de fibras. Los desarrolladores se dieron cuenta de que los cubre heridas tienen el mismo propósito que los envases de alimentos: mantenerlo protegido de las bacterias.
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Aquí surgió la idea de trasladar la investigación del vendaje al envasado. El resultado se asemeja a una fruta envuelta en una suerte de telaraña. En comparación con el aluminio, este material RJS, por sus siglas en inglés Rotary Jet Spinning, mostró una reducción importante de la contaminación además de aumentar la vida útil de las verduras.
El envoltorio es biodegradable y se disuelve en agua por lo que no deja ningún tipo de residuos. La lucha contra la contaminación camina lento ya que tan solo el 10% de los materiales son reciclados. No obstante, esta investigación da pasos importantes para la conservación amigable de alimentos.