Entre preocupación, alivio por la ausencia de víctimas y dudas sobre el origen del incidente, los moscovitas manifestaron sus puntos de vista sobre el presunto ataque.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, negó las afirmaciones de Moscú de que Kiev intentó asesinar al presidente Vladimir Putin, después de que Rusia afirmara que dos drones fueron derribados en el Kremlin.
“No atacamos a Putin ni a Moscú. Luchamos en nuestro territorio, estamos defendiendo nuestros pueblos y ciudades”, dijo Zelensky.
Por su parte el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, puso en duda la denuncia de Rusia sobre este ataque ucraniano contra Putin al afirmar que, "como todo lo que sale del Kremlin", es necesario tomárselo con cautela.
"Vi la información. No puedo validarla, no lo sabemos", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense.
En tanto que el Kremlin no presentó ninguna evidencia para respaldar su versión, incluida la acusación de un intento de asesinato justo cuando Rusia se prepara para recordar su Día de la Victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
"Vemos estas acciones como un acto terrorista planificado y un atentado contra la vida del presidente de Rusia, realizado en la víspera del Día de la Victoria, el desfile del 9 de mayo, donde se esperan dignatarios extranjeros".
Por su parte el papa Francisco recibió al canciller de la Iglesia rusa cercana al presidente Putin, el metropolita Antonio, en un nuevo paso de las gestiones para la búsqueda de diálogo y el fin de la guerra con Ucrania que lleva adelante la Santa Sede de forma "reservada".
El metropolita encargado de las relaciones eclesiásticas externas de la Iglesia Ortodoxa Rusa que encabeza el Patriarca Kiril (o Cirilo), un aliado de Putin, saludó y dialogó brevemente con el Santo Padre en la plaza San Pedro a la vista de los miles de fieles que participaron de la tradicional Audiencia General.