Tras agotar severamente las poblaciones pesqueras en sus propias aguas costeras, China construyó la flota pesquera de aguas profundas más grande del mundo con casi 3 mil barcos que rondan los océanos del mundo.
Sin embargo, gran parte de la pesca que hace China es legal porque lo hace en mar abierto pero esto no significa que sea sustentable. En el verano de 2020 se observaron cerca de 300 barcos chinos operando cerca de las islas Galápagos.
Cabe destacar que China puede pescar a escala industrial gracias a buques que cuentan con más de 141 mil metros cúbicos de cámaras de refrigeración para almacenar lo capturado en la pesca.
Según los expertos, el trámite de transferir la captura a otro barco no es ilegal y el uso de bases nodrizas facilita la subdeclaración de la captura para disfrazar sus orígenes.
Debido a esta situación en América Latina, el impacto en algunas especies como el calamar es muy alto y podría generar un impacto ecológico. Ante esta problemática, China prometió limitar el tamaño de su flota. Mientras tanto, países de la región buscan contrarrestar la práctica de pesca ilegal del país asiatico.