Un reciente estudio indica que los argentinos sufren ansiedad y depresión en aumento, durante los últimos años, según un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA).
Además, el estudio demostró que entre 2010 y 2024 el malestar psicológico se incrementó de manera sostenida en la población y se intensificó en los últimos tres.
El informe asegura: "El malestar psicológico en la Argentina urbana mostró un incremento sostenido en el período 2010-2024, pasando del 18,4% al 28,1% de la población adulta. Este aumento implica que casi tres de cada diez personas manifiestan síntomas ansiosos y/o depresivos en el año 2024″.
El documento titulado "Malestar psicológico: La evolución histórica en la Argentina urbana (2010-2024) y determinantes en el contexto reciente (2022-2024). Factores que inciden en la sintomatología ansiosa y depresiva en población adulta", analizó la evolución de la salud mental en adultos mayores de 18 años residentes en localidades urbanas de más de 80 mil habitantes y en las principales áreas metropolitanas del país.
Los investigadores del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA que participaron del estudio son: Solange Rodríguez Espínola, Eduardo Leonardelli, María Agustina Paternó Manavella, Milagros Dolabjian y Agustín Salvia (coordinador).
Según se documenta, el 58% de la población adulta urbana se mantuvo estable sin síntomas de malestar psicológico durante los últimos tres años, mientras que un 5% experimentó sintomatología persistente, un 12% transitó un patrón intermitente y un 18% vio deteriorada su salud mental en 2024. Esto implica que, en un lapso muy breve, dos de cada diez adultos urbanos sufrieron un empeoramiento en su bienestar psicológico.
Entre los factores que más incidieron en la aparición de síntomas ansiosos y depresivos, el informe destacó la condición de salud, la situación laboral, el nivel de ingresos y el género. El desempleo y el subempleo se asociaron a una mayor prevalencia de síntomas respecto de quienes tenían empleo estable.
El estudio también subrayó que los pobres e indigentes casi duplican los valores de malestar psicológico. Y las mujeres reportaron, en promedio, casi tres puntos más que los varones en los indicadores de ansiedad y depresión.