Al dicho "sos lo que comés" se le está por agregar una nota al pie que diga "y cuándo lo comés". Un grupo de investigadores de la Universidad de Murcia, en España, y del Hospital Brigham and Women’s de Boston, en EE.UU., demostraron por primera vez en humanos algo que se venía estudiando en ratones: la hora de comer influye en el peso.
Los autores del trabajo, publicado recientemente en la revista International Journal of Obesity, estudiaron durante veinte semanas a 420 personas con sobrepeso y hallaron que quienes almorzaban temprano –antes de las tres de la tarde– lograban bajar alrededor de cuatro kilos más que sus pares "tarderos". La comida era la misma, el ejercicio y las horas de sueño también. Lo único que hizo inclinar la balanza a favor de los que almorzaron temprano fue el reloj.
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