El mal del Parkinson es una enfermedad conocida en el imaginario popular por los típicos temblores, pero no es así como comienza: existen otras manifestaciones menos evidentes y que no se suelen relacionar con esta dolencia. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa, crónica y progresiva que afecta al 1% de los pacientes de más de 60 años. No es una afección exclusiva de la gente de edad avanzada, dado que puede aparecen en un 30 por ciento de los casos en personas jóvenes, y se presenta sin distinción de sexo. Tampoco es la enfermedad degenerativa cerebral más común (ese puesto lo ostenta el Alzheimer) aunque afecta a un gran número de personas.
“A medida que aumenta la edad se incrementa la incidencia. Por lo tanto, cada vez vamos a tener más pacientes por la mayor esperanza de vida que consiguieron la medicina y la tecnología”, analizó el doctor Manuel Fernández Pardal, del Servicio de Neurología del Hospital Británico (MN: 40019), en diálogo con PERFIL.
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Esta dolencia tiene que ver con el depósito en las neuronas que producen dopamina (el neurotransmisor encargado entre otras cosas del movimiento) en el estriado (una parte del sistema nervioso central en la que están los ganglios basales y se encarga de los circuitos neuronales relacionados con el movimiento). Cuando se pierde entre el 70 y el 80 por ciento de ese neurotransmisor aparecen los primeros síntomas de la enfermedad.
En ese sentido, existen unos síntomas que se suelen presentar antes de las manifestaciones motoras y por eso se los conoce como “premotores”, que son:
- Reducción o falta de olfato.
- Disminución del tránsito intestinal.
- Trastorno de conducta del sueño REM (ensoñaciones muy vívidas).
- Depresión (en un 50% de los casos).
Más adelante, aparecen los síntomas motores. El diagnóstico de Parkinson es clínico y requiere de la presencia de los clásicamente denominados signos cardinales. Existen otras pruebas pero son muy complejas y no son definitorias.
Las manifestaciones motoras o signos cardinales son:
- Temblor: se da en reposo, es asimétrico y en algún momento involucra la pierna.
- Lentitud: dificultad en la iniciación y en el mantenimiento de los movimientos que suelen ser automáticos, los que se hacen normalmente para caminar, vestirse o bañarse.
- Rigidez: resistencia a los movimientos debido a que los músculos se endurecen. Esto provoca un cambio en la postura hacia una posición más encorvada.
- Alteración en los reflejos posturales: complicaciones en mantener el equilibrio o uno se desestabiliza fácilmente.
“Es un poco difícil el diagnóstico porque hay pacientes que presentan estos signos y no tienen esta enfermedad”, puntualizó Fernández Pardal.
A pesar de todos los avances de la neurología, todavía se desconoce la causa del mal de Parkinson, por lo que no se pudieron determinar las formas de prevenirla. Sí se pudo establecer que el 10 por ciento de la gente que desarrolla la enfermedad tiene un familiar que también la presentó.
“No hay cura. Hace más de 20 años que se trabaja con medicamentos tratando de actuar en distintas áreas para detenerla. Pero sí hay muchísimos tratamientos para que los síntomas sean muy bien llevados por muchos años. Las personas con este trastorno pueden llevar una buena calidad de vida por mucho tiempo, si bien hay pacientes que tienen una forma más agresiva que otros”, precisó el neurólogo.
"Las personas con este trastorno pueden llevar una buena calidad de vida por mucho tiempo", Manuel Fernández Pardal
La personalidad más conocida con esta enfermedad es el actor Michael J. Fox, quien fue diagnosticado con el mal de Parkinson en 1991 cuando tenía 29 años. No fue hasta 1998 que lo pudo asumir y decidió hacerlo público. Luego, creó la Fundación Michael J. Fox para recaudar fondos para ayudar a los investigadores a desarrollar tratamientos mejorados para la enfermedad degenerativa.
Posible avance. La semana pasada se dio a conocer un estudio del Conicet que concluyó que el mate tendría un efecto preventivo sobre el desarrollo de la enfermedad del Parkinson. Según los resultados de la investigación, publicada en la revista especializada Movement Disorders, la infusión favorece la supervivencia y crecimiento de neuronas dopaminérgicas.
La Organización Mundial de la Salud declaró en el año 1997 el 11 de abril como el Día Mundial del Parkinson, fecha del aniversario de James Parkinson, neurólogo británico que en 1817 descubrió lo que en ese entonces se denominó parálisis agitante.
B.D.N./F.F.