En gimnasios y universidades pero también en recitales, fiestas y bares se impone una nueva y peligrosa moda: inhalar cafeína. El producto que lo permite se llama AeroShot y es furor entre jóvenes y adolescentes del Primer Mundo, ya que se promociona como “una nueva y revolucionaria forma de obtener energía”.
Desde enero, se vende en Massachusetts y Nueva York (EE.UU.), y también está disponible en Francia. En la Argentina se lo puede adquirir vía web. Se trata de un pequeño aparato del tamaño de un lápiz labial, que contiene de cuatro a seis dosis de entre 12 y 20 miligramos de cafeína. En total, unos 100 miligramos de esta sustancia, lo que equivale a una taza de café grande.
Para su consumo, hay que colocar un extremo del recipiente de plástico en la boca y aspirar, lo que libera un polvo fino que se disuelve casi instantáneamente al contacto con la saliva. Además de la cafeína, el dispositivo contiene vitamina B y un edulcorante, según explica en su página de internet Breathable Foods, la empresa que lo comercializa a US$ 2,99 cada unidad.
El inventor de AeroShot, David Edwards, es profesor de ingeniería biomédica en la Universidad de Harvard y también creador de Le Whif, el primer chocolate inhalable. Edwards asegura que el producto es seguro y no contiene taurina ni otros aditivos comunes usados para reforzar el efecto de la cafeína en las bebidas energizantes.
El inventor de AeroShot, David Edwards, es profesor de ingeniería biomédica en la Universidad de Harvard y también creador de Le Whif, el primer chocolate inhalable. Edwards asegura que el producto es seguro y no contiene taurina ni otros aditivos comunes usados para reforzar el efecto de la cafeína en las bebidas energizantes.