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El auge de la gripe H3N2 en 2025: una amenaza respiratoria global impulsada por un nuevo subclado

Un nuevo subclado impulsa un aumento temprano y global de casos de gripe. Aunque no más grave, evade parcialmente la vacuna actual. Vacunación y higiene son clave para prevenir complicaciones.

La influenza A(H3N2)
La influenza A(H3N2) - Imagen ilustrativa | CEDOC

La influenza A(H3N2), un subtipo del virus de la gripe estacional, experimentó un incremento significativo en su circulación durante 2025, impulsado por la emergencia de un nuevo subclado conocido como K (anteriormente denominado J.2.4.1).

Según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos, este subclado dominó las detecciones de influenza en múltiples regiones del hemisferio norte, contribuyendo a un inicio precoz de la temporada gripal y a un mayor número de casos respiratorios a nivel global.

este viernes, 19 de diciembre, la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) “Dr. Carlos G. Malbrán” confirmó la detección de tres casos de H3N2 correspondientes al subclado K en el país, identificados mediante técnicas de secuenciación genómica.

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Los casos fueron detectados a través de la Red Nacional de Laboratorios y de Unidades Centinela y confirmados por el Laboratorio Nacional de Referencia del INEI-ANLIS. Se trata de dos adolescentes estudiados en el marco del Monitoreo Ambulatorio de Infecciones Respiratorias Agudas en la provincia de Santa Cruz y de un niño que había sido internado en un hospital de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Según se informó oficialmente, todos los pacientes cursaron la enfermedad sin complicaciones.

El virus influenza A(H3N2) es uno de los subtipos predominantes en las epidemias estacionales de gripe. Los virus de influenza evolucionan continuamente mediante mutaciones genéticas, un proceso conocido como deriva antigénica, que les permite evadir parcialmente la inmunidad previa adquirida por vacunación o infección anterior. En 2025, el subclado K surgió tras acumular varias mutaciones en la hemaglutinina (HA), la proteína superficial clave para la entrada del virus en las células.

Estos cambios genéticos, identificados por el CDC en agosto de 2025, incluyen sustituciones aminoacídicas que diferencian al subclado K de las cepas incluidas en la vacuna estacional 2025-2026. Como resultado, este subclade representa hasta el 89% de los virus H3N2 caracterizados en Estados Unidos desde septiembre de 2025, y proporciones similares en Europa y Asia, según datos del Global Initiative on Sharing All Influenza Data (GISAID) y la OMS.

El subclado K emergió al final de la temporada gripal en el hemisferio sur (Australia y Nueva Zelanda) y se expandió rápidamente en el norte a partir de septiembre de 2025. La OMS reporta un aumento rápido de detecciones desde agosto, con predominio en países de Europa, Norteamérica y Asia. En Europa, representa hasta el 90% de los casos confirmados en algunas regiones, generando presión en los sistemas sanitarios, aunque sin evidencia de mayor severidad clínica comparada con cepas previas de H3N2.

En Estados Unidos, el CDC indica que H3N2 es el virus más frecuente esta temporada, con actividad creciente en la mayoría de los estados. Globalmente, la actividad gripal se mantiene dentro de rangos estacionales esperados, pero con incrementos tempranos en varias zonas, contribuyendo al aumento general de infecciones respiratorias.

La vacuna estacional 2025-2026 incluye un componente H3N2 basado en cepas anteriores (subclado J.2), seleccionadas antes de la emergencia del subclado K. Esto genera un desajuste antigénico parcial, reduciendo la efectividad contra infección, pero datos preliminares de Europa y Estados Unidos confirman que la vacunación aún ofrece protección significativa contra enfermedad grave, hospitalización y muerte.

Guía de síntomas

Los síntomas de la infección por influenza A(H3N2), incluido el subclade K, son similares a los de otras gripes estacionales y no presentan diferencias clínicas notables en severidad, según la OMS y el CDC. Generalmente, aparecen de forma súbita e incluyen:

— Fiebre alta o escalofríos.

— Tos persistente.

— Dolor de garganta.

— Congestión nasal o secreción.

— Dolores musculares y corporales intensos.

— Cefalea.

— Fatiga extrema.

— En algunos casos, vómitos o diarrea (más común en niños).

La duración típica es de 3 a 7 días, aunque la fatiga puede persistir semanas. Las complicaciones, como neumonía, son más frecuentes en adultos mayores, niños pequeños, embarazadas y personas con condiciones crónicas. Temporadas dominadas por H3N2 históricamente afectan más a adultos mayores.

Medidas de prevención ante el aumento de casos respiratorios globales

Ante el incremento de infecciones respiratorias en 2025, impulsado por el subclade K y otros virus, las autoridades sanitarias como la OMS, el CDC y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomiendan:

Vacunación anual: Es la medida más efectiva. Aunque con desajuste parcial, reduce el riesgo de enfermedad grave y hospitalización. Se recomienda para todos mayores de 6 meses, especialmente grupos de riesgo.

Higiene de manos: Lavado frecuente con agua y jabón o uso de desinfectante alcohólico.

Etiqueta respiratoria: Cubrir boca y nariz al toser o estornudar con pañuelo desechable o codo.

Evitar contactos cercanos: Mantener distancia en espacios públicos si se presentan síntomas.

Uso de mascarilla: En entornos cerrados o con síntomas respiratorios, para reducir transmisión.

Quedarse en casa si está enfermo: Para evitar propagación.

Vigilancia y tratamiento temprano: Consultar médico en casos de riesgo alto; antivirales como oseltamivir son efectivos si se inician pronto.