Argentina está libre oficialmente de malaria, comunicó la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ubicó a nuestro país es el segundo país de América, después de Paraguay, que obtuvo esta certificación. Según el comunicado del organismo, un país se reconoce libre de una enfermedad, cuando "demuestra que ha interrumpido la transmisión autóctona de la enfermedad durante un mínimo de 3 años consecutivos".
La OMS precisa que los últimos casos de malaria fueron detectados en Argentina en 2010, y equiparó a nuestro país con Argelia se convirtió en el segundo país de África, después de Mauricio, reconocido oficialmente como libre de malaria desde 2013. "Argelia y Argentina han eliminado la malaria gracias al compromiso inquebrantable y la perseverancia del pueblo y los líderes de ambos países", dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Fuera de esto, la lucha contra la malaria es lenta en todo el mundo. La enfermedad, que se contrae a través de la picadura de mosquitos infectados, sigue hoy siendo una de las principales causas de muerte en el mundo. Según las estimaciones de la OMS, en 2017 fueron detectados 219 millones de casos y más de 400 000 muertes relacionadas con la malaria, de las cuales aproximadamente el 60% constituyen menores de 5 años.
Los países en vías de desarrollo suelen ser los más afectados con esta dolencia que a pesar de ser prevenible y curable continúa en marcha. En África, se calcula que muere un niño por minuto producto de la malaria, cuya transmisión se produce a través de las picaduras de mosquitos 'Anopheles' infectados por parásitos del género 'Plasmodium'. Las estimaciones más conservadoras señalan que unas 400.000 personas mueren cada año a causa de esta enfermedad de las cuales un 75% son niños.
Un estudio de la OMS publicado en abril revela que el gasto en malaria en 2016 fue un total 4.300 millones de dólares a nivel mundial, muy por debajo del objetivo de financiación anual de 6.600 millones establecido por la organización. "Sigue habiendo un desafío persistente a medida que los fondos se estancan", apunta el doctor Joseph Dieleman, autor principal del estudio, economista de salud y profesor asistente en el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Estados Unidos.
D.S.