Hilda y Hugo, los abuelos de 86 y 92 años que fueron abandonados por su hijo en un bar en Santa Fe hace casi un mes, finalmente consiguieron un lugar donde vivir. "Estamos juntos, estamos felices. Lo oscuro ya pasó", precisó la mujer al expresar su alegría. El matrimonio, que había pedido no ser separado, ahora residirá en el Hogar Español de Adultos Mayores de Rosario.
"Nos sentimos perfectamente bien, contenidos, es un hogar que ya pensábamos que no íbamos a tener", relató Hilda en su primer día de estadía, según consignó el medio local La Capital.
El único requisito que había pedido el matrimonio cuando salió a la luz su caso y muchas personas comenzaron a solidarizarse con ellos, era permanecer juntos. "Vinimos y vimos que era lindo. Nos gustó y acá estamos. Estamos juntos, estamos felices, ¿qué más se le puede pedir a la vida?... Dios nos escuchó", agregó.
En ese sentido, la mujer recordó lo ocurrido el 5 de junio cuando los desalojaron de su casa: "Dejar la casa fue muy triste, perder todo es algo muy fuerte. Pero la vida sigue, la vida sigue bien".
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Ese día, el hijo de la pareja los llevó en un taxi hasta un bar ubicado en la intersección de las calles 27 de Febrero y Corrientes con 500 pesos y unas bolsas que contenían unas pocas pertenencias. Les prometió que iba a pasar a buscarlos, pero nunca lo hizo. Los empleados del local comenzaron a notar los nervios de los abuelos y se acercaron a hablarles. Cuando ellos les contaron lo sucedido, el dueño del bar llamó a la Policía para que pudieran asistirlos.
Una vez en la comisaría, las autoridades lograron ubicar a otro de los hijos del matrimonio que no estaba al tanto de la situación. El hombre los fue a buscar y los llevó a su casa aunque reconoció que tenía un espacio reducido y pocos recursos para que sus padres pudieran vivir cómodos. Desde ese momento, y tras la viralización de la noticia, mucha gente se acercó y se comunicó con ellos con el fin de ayudarlos.
El presidente del hogar, Gerardo Hernández Illanes , contó que la pareja fue recibida sin costo alguno. "La gratificación es solucionar estos temas y dignificar la ancianidad y la gente que está aquí", señaló. Allí recibirán la atención médica que necesiten y estarán contenidos.
Pese a la alegría que tienen los abuelos, quieren volver a ver a su hijo que los abandonó. Desde el día del hecho no supieron más nada de su vida. "Hugo querido, estamos bien, no te asustes y vení", concluyó Hilda.
F.D.S./FeL