SOCIEDAD
tambien hubo criticas al gobierno porteo

Acto de la comunidad italiana en protesta por el traslado de Colón

Juntos. Hubo unas 100 personas detrás de la Casa Rosada.
| Marcelo Aballay

El objetivo era realizar un festival multitudinario frente a las rejas de la Plaza Colón con la participación de agrupaciones folclóricas de las distintas regiones italianas que tienen representación en el país. Sin embargo, el Festival por la Diversidad Cultural, Colón Vive terminó siendo un acto simbólico donde participaron cerca de cien personas y en el que se leyó un documento elaborado en forma conjunta por las instituciones italianas con el que se reivindicó la gesta del marino genovés. En el escrito se dejó clara la oposición al traslado a Mar del Plata del monumento donado por la comunidad italiana para el Centenario de la Revolución de Mayo.
Según pudo averiguar PERFIL, un seguro de caución, entre otros requisitos pedidos por el Gobierno porteño, habría sido el principal motivo que obligó a los organizadores del evento a suspender el miércoles a última hora el festival cultural en homenaje a Colón. “No nos facilitaron las cosas. Parecería que el Gobierno de la Ciudad nos soltó la mano en esta lucha por la permanencia de la estatua en este predio”, se quejaba uno de los organizadores de la movida.
El acto estuvo liderado por Diego Signorini, presidente de la Federación de las Instituciones Italianas de la Circunscripción del Consulado General de Buenos Aires (Fediba), quien leyó el documento en nombre de la comunidad italiana representada por el Circolo Italiano, Feditalia, Facia y Fedital, entre otras entidades. También participaron los integrantes de la ONG Basta de Demoler, que también se opone al traslado de la estatua. Luego de las palabras de Signorini, se entonaron los himnos de la Argentina y de Italia. Todo duró no más de cuarenta minutos.
La estatua de Colón fue desmontada el 29 de Junio pasado por orden del Gobierno Nacional con la intención de colocar allí otra de Juana Azurduy, donada por el gobierno de Bolivia.
Actualmente, el monumento se encuentra recostado sobre una tarima de hierro y madera, a la intemperie, a la espera de la resolución del amparo presentado ante la Justicia porteña para evitar su traslado a la ciudad atlántica.