Nahir Galarza fue condenada el pasado 3 de julio a cadena perpetua por el asesinato de su novio, Fernando Pastorizzo. Después del fallo de la Justicia de Gualeguaychú en su contra, se organizó una marcha enmascarada a la Casa de la provincia de Entre Ríos en la Ciudad de Buenos Aires en la que se pidió por su liberación.
Ahora, las muestras de apoyo llegan desde el norte del país. En Salta, aparecieron carteles en defensa de Galarza en los que se pide su absolución en las inmediaciones de la Legislatura provincial.
En un cesto de residuos se pegaron carteles con las consignas “autodefensa es supervivencia” y “macho muerto no viola” con un dibujo de Nahir con pistolas en sus manos. La defensa de la joven argumentó durante todo el juicio que Nahir fue víctima de violencia de género por parte de su pareja, Pastorizzo.
Incluso durante su testimonio en los tribunales, la joven detalló algunos de los ataques y maltratos que vivió por parte de Fernando. "Le agarré el brazo con el que me estaba pegando... y él me mordió la mano. Yo tenía un anillo que me quedaba chiquito, un anillo de corona, y cuando me mordió salió volando. Y luego, me mordió la otra parte de la mano en la que me quedó todos los dientes de él marcados. Me quedaron varias semanas a todo alrededor de la mano, abajo y arriba me quedó violeta", detalló en uno de los videos que se difundieron de su declaración. En otros, precisó que la insultaba y la agredía verbalmente.
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"Queremos que quede claro que ella pasó por un gran trauma durante varios años con este chico y que terminó con el peor desenlace. El círculo de la violencia se cierra con la muerte de la victima. Pero en este caso fue al revés", explicó Horacio Dargainz, uno de los defensores de la chica en enero pasado.
Las muestras de apoyo a Nahir se debe, entre otros puntos, a que ella argumenta que era víctima de violencia de género. Sus defensores sostienen que la quisieron mostrar como una "bruja" o una "asesina sin piedad" para no poner en discusión otros temas que fueron invisibilizados y desestimados, como el maltrato que padecía o el uso del arma reglamentaria de su padre, que es policía.