Caballos, familia y dólares. Esas tres palabras pueden resumir la vida de Mariano Benedit, el asesor financiero de 31 años que apareció muerto con un tiro en la cabeza el miércoles pasado en un pastizal de la Costanera Sur.
Según su entorno, amaba la vida y era un hombre pleno. Hace dos semanas había sido padre de una nena y el jueves, debía bautizarla. Pero algo salió mal. Pese a que la pistola Bersa que encontraron junto al cuerpo estaba a su nombre, a que hallaron la vaina del arma en ese lugar, que el recorrido del tiro es compatible con el suicidio y que su mano derecha tenía restos de pólvora, sus allegados no creen en esa hipótesis, al igual que los investigadores que aún no descartan por completo el asesinato. “Todavía hay dudas”, indicó una fuente ligada al caso a PERFIL.
Mediante un comunicado, la fiscal Graciela Bugeiro, informó que su equipo trabaja “intensamente para determinar las actividades del hombre, en sus últimas horas de vida, por lo que se está a la espera que las imágenes de las cámaras de seguridad de la Ciudad pueden aportar algún dato, como así también esclarecer qué ocurrió con la moto Honda Tornado 250 en la que el joven se desplazaba”. Según se informó, dos testigos declararon en las últimas horas que el martes a las 19 vieron la moto y el casco a metros del lugar donde un día después fue hallado el cuerpo.
A la vez, mencionaron en el sitio oficial fiscales.gob.ar que Benedit atravesaba una “situación financiera comprometida”. Según el sitio “Bugeiro confirmó el hallazgo de la vaina de la bala con la que Mariano Benedit se habría quitado la vida”.
Dudas. La causa tiene varios puntos oscuros. Uno de ellos, quizás el que más intrigó a los peritos que llegaron a la escena, es la posición en la que encontraron el cuerpo, boca arriba y con las piernas rectas, poco usual para un suicidio.
Por otro lado, nadie puede explicar, hasta el momento, qué ocurrió con la moto con la que dejó su casa de Recoleta. “No sabemos cómo llegó hasta la Costanera, si fue en la moto, colectivo o en auto; tampoco si estaba acompañado o iba solo”, detallaron.
Para reconstruir los últimos pasos del financista, los pesquisas analizan en tiempo real las cámaras de seguridad ubicadas a un kilómetro a la redonda de su domicilio, de accesos a Puerto Madero, del Casino Flotante y del astillero Tandanor. Además, intentarán con un georreferenciador detectar, a través de su celular, los puntos de la ciudad en los que estuvo antes de llegar al destino final. Al mismo tiempo, profundizan la investigación sobre los movimientos financieros de Benedit. Según fuentes del caso, retiró cerca de 250 mil dólares de la caja de seguridad de la familia el día que desapareció. En la fiscalía declararon cuatro personas a las que les debía dinero y si bien aún se sigue trabajando en el tema se sospecha que la deuda podría ascender a unos US$ 600 mil.
“La familia no es clara y se contradicen entre ellos. La mujer dijo que se fue de la casa a ver unos clientes a las 12.30, pero su hermana Dolores señaló que se tenía que juntar con ella a las 13. Sus hermanos dijeron que era imposible que tenga un arma, pero después uno de ellos admitió que salían a practicar tiro juntos. Ninguno de ellos puede precisar a qué se dedicaba realmente Benedit, pero sospechamos que la agencia de turismo que tenía con un socio sería una cueva en la que se compraba y vendía dólares de forma irregular”. Cuando la Policía llegó al departamento del piso 11 de la calle Esmeralda al 1066, no encontraron nada. Se habían llevado todas las computadoras.
Agentes de la División de Apoyo Tecnológico de la Policía Federal intentan recuperar archivos que fueron eliminados de una computadora que encontraron en su casa de la calle Arenales, a la vez que recaban información del celular y la notebook que Benedit llevaba en la mochila que llevaba cuando fue hallado.